viernes, 24 de agosto de 2012

SU VIDA EN MI VIDA--DAVID ROSARIO SORBILLE



A mi Antonia





La magia de todos los sueños que la vida nos da,

las ilusiones y la nostalgia para revivir

las emociones más entrañables,

son como esa flor parecida

a un ángel posado en el lugar

donde Ella estaba,

brillante como una ofrenda dorada,

y luego desfalleciente

con sus pétalos rasgados por el destino.

Así es el amor, así fue su vida en mi vida,

la pasión en una flor que perdí

para transformarse en imborrable recuerdo.


ILUSIONES--CATALINA MOLINARI




Un paquete

De ilusiones

Que se archivan

Sin usar



Y una lágrima

Nueva,

Que moja;

Como al pasar.



Esa estrella

Ya no brilla;

Aunque brillan

Las demás.



Y los sueños,

Sueños quedan

Y se van

Al despertar.

ESA CASA VACÍA--MARÍA RAQUEL VARELA



A mi hija Amalia Raquel

Hay algo en esa casa
que me atrae y me intriga,
un misterio que crece
al avanzar el día.
El jardín con su fuente
sin rumores de agua,
los canteros sin flores
Y los patios dormidos.
Las ventanas cerradas
de esos cuartos desnudos
con paredes heladas
y pasillos sombríos.
Todo ello se suma
para crear un clima
que me atrapa y cautiva,
que al llegar el invierno
parece que se aviva.
A medida que el día
se aproxima a la noche
vuelan mis fantasías
y en la sombra se mueven
entre el negro follaje
de la casa vacía,
todos esos fantasmas
que de lejos me espían

PREOCUPANTE--HIPÓLITO LÓPEZ



El poder, la justicia, la gente,
Ineficaces ante el delito,
robo raptos y otros ilícitos,
crean tensiones muy latentes.

El país percibe la crisis mundial
su índice económico oscilante
perfiles y pronósticos errantes,
debe prevenirse de un caos final.

Ante un clímax tan explosivo,
la población está preocupada
De ocurrir un deterioro masivo.

Todo esto merece una respuesta,
Del Estado y referentes afines
Por soluciones bien concretas.

INVOCACIÓN A LA ESPERANZA O EL ÚLTIMO RETORNO-- RONNY RANSEMBERG




SERÁ CIERTO

Que los pumas y los gorilas están en extinción.

SERÁ CIERTO

Que el petróleo derramado mata a los pingüinos.

SERÁ CIERTO

Que los peces pisan la orilla aleteando de agonía.

SERÁ CIERTO

Que los pájaros no volarán más y los humanos que sobrevivan a las experiencias nucleares estarán para siempre mutilados.

SERÁ CIERTO

Que los cascos del mundo se están deshelando.

SERÁ CIERTO

Que la piel estará eternamente herida por la capa de ozono.

SERÁ CIERTO

Que no se escucharán las voces angustiadas cuando irrumpan los grandes mares.

SERÁ CIERTO

Que volcanes y tsunamis seguirán devastando.

SERÁ CIERTO

Que las drogas que se expanden matarán las vísceras del alma.

SERÁ CIERTO

Que las construcciones y los móviles, están matando el oxígeno de los pulmones.

SERÁ CIERTO

Que esos móviles colisionan en rutas y caminos dejando huérfanos a muchas familias.

SERÁ CIERTO

Que los que manejan “el negocio y sus temas”( caso papelera) están abusando del ecosistema.

SERÁ CIERTO

Que los grandes consorcios seguirán extinguiendo las economías naturales.

SERÁ CIERTO

Que el hambre y la gran chatarra suprimen las dos partes del planeta.



SERÁ CIERTO

Que el físico Hawking adelantó las agujas del llamado reloj del fin del mundo.

SERÁ CIERTO

Que se modifica la hora para que no desaparezca el planeta.

SERÁ CIERTO

Que el Bing-Bang será el fin del principio del

Bing-Bang.

PROPIO O FINAL

o”las luces más brillantes en la noche más oscura”

(De la película Babel)

encenderán a más de seis mil millones de habitantes/

saldremos a la intemperie como un gran cordón solidario/

con la dignidad de los individuos/

como último y primer reloj de nuestra existencia/

antes de que sea tarde/ para el último retorno.

DESVELOS--LIDIA FACCIOLA



Las sombras de la noche
se llenan de misterios:
sus largas horas se
pueblan de silencios…

Al llegar el día
(que se encuentra despierta)
desangra mi corazón
como una herida abierta.

Al correr de las horas
mi alma se serena,
una tenue brisa
acaricia sus penas.

Los trinos de las aves
dicen es su canción
“Las lágrimas se secan
con la luz del sol”.

PAN CASERO--MARTA MANNA



Tempranito la Tomasa
ya comenzó la labor,
contenta y con buen humor
preparando está la masa
del pan, que se come en casa,
hecho con todo su amor.

Se esmera y está entonando
una bonita canción
que nace del corazón,
mientras sigue elaborando
la masa que está sobando
de esa rica tentación.

Trabaja y está pensando
el día que se casó,
lo feliz que se sintió
al ver los hijos llegando,
ella agradece rezando
a Dios, ¡Cuánto le brindó!

Deja el producto levar
con el horno ya encendido,
los tizones bien prendidos
el barro han de calentar,
los panes habrán de quedar
doraditos, bien cocidos.
Ha comenzado la hornada
de su buena producción,
el olor a chicharrón
se percibe en la ranchada,
igual que tierra mojada
cuando cae un chaparrón

Los panes se han cocinado,
del calor los va sacando,
en el aire van dejando
un perfume delicado,
vacío el horno ha quedado

¡Siente alegría la Tomasa!
va del patio a la cocina
su sonrisa se ilumina
como fuego de una brasa
¡Qué importa el olor a grasa!
¡Si esta tarea culmina!

NUNCA ESTAMOS SOLOS--NÉLIDA OJEDA



Cuando llegué a la parada, el colectivo estaba por arrancar. El chofer al ver mi bastón, me dijo: - disculpe, no la vi, sino hubiera arrimado justo al cordón.

Me quedé atónita al oír que un conductor de colectivo diga eso; es totalmente inusual.

_ No importa, contesté, todavía puedo subir sin dificultad.

_ ¿A dónde viaja?

_ A “cualquier parte”, le contesté. Me miró con extrañeza, mientras aguardaba el semáforo verde.

_ Bueno le doy hasta la terminal. ¿ Está bien?

Si contesté.

_ cuando llegue allí decide lo que quiere hacer.

_Por su puesto.

Me senté en el segundo asiento; no acepté el primero que me ofrecía una señora al ver mi bastón.

_ Gracias le dije, el de atrás está desocupado.

El micro demoro 55 minutos para llegar a su destino final, tiempo que aproveché para distraer la mirada.

Ya no quedaba en el colectivo más que una señora con una nena de unos nueve años. Se bajaron; detrás de ellas me puse de pie. El chofer que me había observado, de tanto en tanto, entre intrigado y curioso, me dice: bueno señora aquí termina el viaje, si quiere regresar enfrente tiene la parada que vuelve al lugar donde usted lo tomó… y se quedó mirándome como esperando respuesta.

_Gracias le dije.

Me dejó tranquila y mejor de ánimo. Era un muchacho joven, que podía ser mi hijo; casi mi nieto. ¿Necesita que la ayude? Aquí termina mi horario por hoy. _ No querido, le dije en un maternal impulso que a mí misma me sorprendió. Reconozco que soy impulsiva, pero sé bien emplear mis sentimientos, y ese joven, desde que ascendí al colectivo me dio pruebas de ser educado y respetuoso, virtudes totalmente desaparecidas en este contexto social en que vivimos.

_ ¿Está segura que se siente bien?...

_ ¿ Y por qué no?

_ Porque al subir en Caballito me pidió boleto a “cualquier parte”.

_ ¿Ah… si, sabes por qué?

Cuando Salí de casa, no tenía idea a donde iba a ir; si entrar a la confitería de enfrente, o irme, eso; a “cualquier parte” no me interesaba el destino, quería huir de mi misma.

¿A vos nunca te pasó?

_ Sí, pero cuando mi estado de ánimo se convierte en mi enemigo, recurro a mi pobre vieja…que me queda mirando como diciendo ¿”y a éste que bicho le picó?”

_ Eso mismo, los clásicos momentos de los que uno no puede zafar. Por eso en momentos como este, cuando el fantasma de la soledad me acorrala, subo a un colectivo y escapándome de mi misma, pido un boleto a “cualquier parte”. Bueno, gracias muchacho, veo que está por partir el coche que debo tomar.

Cuando llegué a la puerta el joven todavía estaba allí, lo miré con una sonrisa y el me tiró un beso con la mano.

Mientras viajaba de regreso a mi casa, era tal mi sentimiento de gratitud que no veía nada a través del vidrio; mis pensamientos se aprisionaron en el interior de mi alma y me sentí feliz porque la sonrisa y el beso tirado al azar obraron el milagro de disipar la soledad

TODO ESO SOS VOS--OSCAR B. NICOLA



Amo a la vida
amo el amor
amo todo, todo
lo que es como vos.

Lo que es bello
como una flor
que me despierta
que me nutre.

Lo que es cálido
como un beso tuyo
que me hace sentir
sentirme mejor.
Amo la vida
el Amor…
Todo
eso que sos vos.

(De “Stellium poético)

XIV--CORA CANÉ




Es la voz.
Desciende desde el otoño,
meciéndose entre los álamos,
mientras digo el amor y el verso,
la naciente vida
y la sangre perdurable.

En el aire y en la piel
la reconozco,
mensajera del tiempo
y del olvido.

Mi recuerdo la aprisiona.
se duerme sobre mi fatiga.
(De “La ciudad distante”)

LA TAPERA--JOAQUÍN MUÑOZ





Tras el horizonte entre unos sauces

Perdida en el verde mar de la pampa

Asoma un montículo de terrosos y raídos adobes

Testigos de un ayer feliz, que ya murió

Allí está triste y abandonado en la soledad

Restos de un ranchito en la verde extensión

En vano aguarda, el regreso de aquel amor, y

La dicha que una noche, partió sin regresar

Solitario, sin la luz de alegría y felicidad

Pamperos y borrascas arremetieron en malón

Todo lo soportó, indómito y bravío sin claudicar

Mas un día sobre él llegaron impías, taimadas

Agazapadas en las sombras de la noche

La maldad y traición hermanadas

Llegaron, sigilosas agazapadas

En medio de fiera noche, de un Pampero atroz

Montadas en negro y fiero corcel

Arremetió la desdicha, en loco torbellino

Sobre el ranchito, rústico cofre del amor y la ilusión

Los enamorados, valientes, todo lo afrontaron

Con coraje y bravura, sellados sus labios

Por noble y eterna, pasión desesperada

Latiendo en sus pechos un mismo corazón, mas

De un solo tajo, con la daga segadora de un relámpago

Quebraron la felicidad y el amor de la pareja…y…

Yacen hoy, sepultados solitarios, juntos para siempre

Cubiertos con malezas, junto a los escombros del olvido

Y en la cimera, de una vieja cruz solitaria

Habitada por el ave, siniestra y agorera

Sobre lo que un día fue, templo del amor y felicidad

Y hoy solo es, una vieja y olvidada TAPERA.





Malón: grupo numeroso de indios reunidos para un ataque

para robos y saqueos, por sorpresa.

Cimera: parte superior del madero vertical de una cruz.

Tapera: ruinas de una casa o habitación en estado de abandono,

generalmente cubierta de malezas y cobijo de alimañas en el campo.









DIÁLOGO DE SORDOS--LUIS ALBERTO BURGUEÑO



“Las bibliotecas son la memoria de la humanidad.

Con ellas erigiremos un porvenir que se parezca, siquiera un poco, a nuestra esperanza

Jorge Luis Borges





Federico: Hola, ¿cómo estás?

Pablo: Bien. Pero preocupado por el resultado de la prueba de literatura.

Federico: ¿Por qué? ¿No estudiaste?

Pablo: Sí, pero tengo dudas sobre las respuestas correctas.

Federico: El examen no fue difícil.

Pablo: Sí, para vos que te gusta estudiar y leer.

Federico: ¿Y si pasamos a otro tema? ¿Ya designaron a la profesora suplente de biología?

Pablo: Sí. Y para esa materia deberé estudiar lo que no hice hasta hoy.

Federico: Parece que éste no es tu año.

Pablo: Sí, debo ponerme las pilas.

Federico: Para eso vamos al colegio.

Pablo: ¿Te parece que sirve para algo estudiar?

Federico: Por supuesto. ¡Qué no te quepa la menor duda!

Pablo: ¿Por ejemplo?

Federico: Para que no nos vendan buzones y todo lo que metieron adentro.

Pablo: ¿Qué más?

Federico: Aprender a ser educado en nuestra vida diaria. A nosotros se nos enseña que pasar un semáforo en rojo puede ocasionar accidentes y hasta provocar heridas y la muerte de una persona. Eso es educar para la vida.

Pablo: ¿Algo más?

Federico: Lo más importante: al estar educados nos transformaremos en mejores personas, aunque algunas de ellas parecerían que nunca fueron al colegio.

Pablo: Sí. ¿Por ejemplo?

Federico: El que especula con el precio de un alimento de primera necesidad muchas veces imprescindible en la comida de la gente con bajos recursos.

Pablo: ¿Algunos más?

Federico: El que promete lo que sabe que no va a poder cumplir.

Pablo: Pero: ¿dónde te formaste?, si vamos al mismo colegio, al mismo año y al mismo curso.

Federico: Y de ser tu compañero de pupitre

Pablo: Pero Federico: ¿La formación no sólo se aprende en el colegio?

Federico: Por supuesto que no. Nos educamos y nos formamos antes de iniciar nuestra escuela primaria, en nuestros hogares.

Pablo: Vos decís: ¿qué nuestra familia, nuestros padres y hermanos, tienen responsabilidad en nuestra educación?

Federico: ¿Y vos crees que no? La maestra y el profesor no son los únicos que nos forman como personas.

Pablo: Y ellos nos educan con el ejemplo.

Federico: ¡Por supuesto!

Pablo: Pero, Federico, hay algo que no entiendo. Algunos temas que vos comentaste no lo aprendiste ni en tu casa, ni en el colegio. ¿Dónde fue?

Federico: En los libros.

Pablo: A esos que están en el museo

Federico: No bruto, perdón, ignorante. Los libros están en las bibliotecas. Como las revistas en las hemerotecas, y en las mediatecas todos los nuevos soportes de audio, informática y videos.

Pablo: Pero yo sólo leo las historietas y a veces hojeo los libros que nos da el profe de literatura.

Federico: Y además estudiás de los resúmenes fotocopiados. La palabra escrita y oral no es tu mejor medio de comunicación.

Pablo: Si soy experto en correo electrónico, twitter, Facebook, Mp3, play station y lo nuevo en telefonía celular.

Federico: Sí experto en tecnología, pero un ignorante en la palabra escrita y oral.

Pablo: ¿Palabra oral?

Federico: Sí, Pablo: ¿No sabías que los libros no sólo podés leerlos sino que podés acceder a ellos por medio del audio-libro, y ahora el libro electrónico por medio de la informática y lo nuevo en tabletas? ¿Y vos sos un experto en tecnología?

Pablo: ¡Sí ; Pero desconocía que podía acceder a un libro a través de las nuevas tecnologías.

Federico: ¡^Por supuesto! Así el libro no morirá nunca y tendrá vigencia para siempre

Pablo: Como el mensaje que transmitió Ray Bradbury en 2Farenheit 451”

Federico: ¿Vos leíste el libro?

Pablo: No. Vi la película y me encantó.

Federico: ¿Y sabés la moraleja?

Pablo: Creo que sí: Volver a las fuentes, a la tradición oral. Así nada ni nadie podrá destruir las costumbres y tradiciones de las personas.

Federico: Muy bien ,Pablo, me alegro por vos y por la literatura.

Pablo: Sí, Federico. La memoria que uno tiene guardada no se olvida jamás. Es nuestro tesoro indestructible.

Federico. Felicitaciones, aprendiste la lección.





TRANSITANDO EL MISTERIO--MARÍA FERNANDA CARBONE



Me gusta transitar,
descifrando el misterio…
con la libertad como bandera,
ir peregrina y sin miedos.
A veces buscando amor,
otras la mágica soledad…
Ella es buena compañera,
si yo la sé manejar.
Misterios de la vida…
Haay misterio en la oración,
ese contacto con Dios,
puro corazón a corazón.
El misterio de una mirada,
o el logro de nuestros sueños.
Una presencia esperada,
Y el misterio del reencuentro.

LA TIERRA HABLA--ROSE MARIE NOGALES




La tierra, aborta el dolor
por sus entrañas.
Fluye sangre por sus montes
por su laderas se condensa.
Siglos que permanecieron cerradas
cicatrices que abre el hombre
en cada era.

Cuaternaria es su vida
desborda su llanto.
Ríos precipitan su ira
formando maremotos de
rabia contenida.

Flagelada sin piedad…por el hombre
y cuando se secan sus lágrimas
de tanto llorar.-se enciende
arde en una hoguera.

Aves y animales quedan sin refugio
ocasionados por los desmanes del hombre.
Creada, abastecida por Dios
para fuente de vida de toda la humanidad.
No escuchamos su dolor, reflexión
nos pide… ante tanta soberbia y
ambición desmedida.

Hombres necios, habéis llevado
a la destrucción- Tan maravillosa creación.

LA COMUNICACIÓN INTERPERSONAL EN EL SIGLO XXI--MARÍA RAQUEL DÍAZ



La comunicación es el intercambio de

sentimientos, opiniones o cualquier

otro tipo de información.

Todas las formas requieren de un emisor,

un mensaje, y un receptor.

En éste Siglo XXI,

Cúales son las nuevas formas de

comunicación interpersonal?



Nos comunicamos por medio

del téléfono de red,

del teléfono celular,

A través de internet,

enviando e-mails;

redes sociales,

tales como facebook, twitter.



La tecnología está avanzando

a pasos agigantados,

pero cada vez más nos alejamos

del encuentro personal, y

del diálogo armónico

con nuestros seres queridos,

con nuestros familiares,

con nuestros amigos…. conocidos….

todo es a través de la tecnología.



Carecemos del apretón de manos

en el momento adecuado;

de la solidaridad con nuestros semejantes.

Carecemos del abrazo fraterno

y de la suave caricia envolvente,

tan sanadoras para nuestro ser interior.



Por qué ignoramos?,

los tesoros tales ….

como la honestidad … la nobleza…..

la fidelidad del amor incondicional ….

la integridad humana en toda su dimensión.



Qué valores nos importan en éste Siglo XXI ?



Deberíamos reflexionar ….

para no pasar por éste planeta tierra ….

sin disfrutar del hoy y del afecto

de nuestro entorno más cercano y querido.



Bendito sea el Siglo XXI !!

y el deseo es que estemos cada día más en contacto

con nuestra propia humanidad interior,

para poder lograr una comunión de hermandad.



Y que la conciencia colectiva,

abra un puente hacia la luz de la esperanza.

Vivamos el Siglo XXI

construyendo paz en nuestra mente ….

en nuestro espíritu ….

con calidez en el alma y

con Amor Universal en nuestros corazones.

MADRIGALES--FABIÁN ARAYA RODRÍGUEZ



El madrigal fue esencialmente un estilo musical que tuvo su máximo auge en la segunda mitad del siglo XVI, principalmente en Italia y ejerció una fuerte influencia sobre la música de otros países. Tuvo un lugar se suma importancia entre el Renacimiento y el Barroco, y se encargó de llevar a la música desde conjuntos vocales polifónicos a los solos y dúos con acompañamientos instrumentales.



En el siglo XVI, Italia se convirtió por primera vez en el centro de la música europea gracias a un género de la música profana que plasmaba minuciosamente la letra de poemas breves, el madrigal. A diferencia del madrigal del Trecento, era una composición en la que prácticamente no se utilizaba el estribillo ni ningún otro rasgo de las viejas formes fixes. Abarcaba diversas clases poéticas (sonetto, ballata, canzone) y poemas escritos especialmente para ser musicalizados como madrigales, para ello debían tener un número moderado de versos de siete y once sílabas. La mayoría de los textos de eran sentimentales o eróticos, o escenas y alusiones tomadas a préstamo de la poesía pastoral.

Los madrigales solían cantarse en toda clase de reuniones sociales y eran principalmente ejecutados por aficionados. Recién a partir de la segunda mitad del siglo XVI, los príncipes y mecenas comenzaron a contratar virtuosos profesionales para su entretenimiento y el de sus invitados. La producción de madrigales fue intensa, entre los siglos XVI y XVII se publicaron alrededor de dos mil antologías, incluyendo reimpresiones y nuevas ediciones. Entre los primeros compositores de madrigales podemos destacar a Arcadelt, Pisano, Verdelot, Layolle y Willaert. Estos compositores dieron los primeros pasos en los madrigales, y si bien se nota la cercanía a la frottola homófona y ritmos regulares, también se pueden percibir las texturas imitativas parecidas a la de los motetes. A diferencia de la frottola, la poesía del madrigal, era más estricta y con un valor mayor al de la frottola. De hecho, muchas de estas poesías pertenecían a grandes poetas de la época como ser Petraca, Sannazaro, Bembo, Guarini. La frottola, era en esencia una tonada que servía para cantar poesía, la mayoría de los finales de los versos consistían en una cadencia y dos notas largas, y las partes inferiores funcionaban como sustento armónico. El madrigal, en cambio, tenía un tratamiento de las texturas más elaborado. La música debía reforzar los versos y frases de la poesía, variando sus intensidades, texturas y materiales para poder comunicar al oyente las ideas y sentimientos de la poesía con la mayor fidelidad posible. En su etapa primitiva, presentaba un movimiento homófono, ritmos regulares, y estricta adhesión a la forma del verso.

Se originó hacia 1530 en los círculos que rodeaba a Pietro Bembo en la búsqueda de un arte más refinado que la frottola corriente, el stambotto, etc. Para ello se orientaron especialmente según el lenguaje rico en sentimientos e imágenes de Petraca. En el aspecto musical no hay relación alguna con el madrigal del Trecento.

Las poesías de Petraca, se convirtieron en las más populares entre los compositores debido a que éste tenía mayor motivación por el sonido de las palabras que por el significado. Las acentuaciones, las rimas, el ritmo, las silabas y sus duraciones hacían que sus poesías sensibilizaran a los compositores.

En la primera mitad del siglo XVI, el madrigal era escrito para cuatro voces. A partir de la segunda mitad, se comenzó a escribir para cinco voces, y esto se convirtió en una regla general, si bien se han encontrado varios casos de madrigales escritos para 6, 8 y hasta 10 voces. Más allá de ser una pieza de música de cámara vocal, es más que seguro que alguna de las voces era reemplazada o duplicada por algún instrumento.

Entre los compositores de madrigales que utilizaron las poesías de Petraca, encontramos a Pietro Bembo, quien se ocupara de editar un canzoniere en 1510, y a Cipriano de Rore, quien colocó los versos de Petraca, en una refinada música, y que posteriormente se conociera como el principal madrigalista de su generación y un importante innovador, que marcó las pautas que seguiría el género en la segunda mitad del siglo XVI.

Con su altamente estilizada poesía amatoria, el contenido del nuevo género correspondía al culto a la mujer, que renacía por entonces, pero pronto se extendió al terreno satírico, humorístico, etc.

En el aspecto musical se trasladó al madrigal el modo de composición motetístico neerlandes: Composición desarrollada por secciones del texto, imitación motívica, partes homófonas, elevada expresión del texto. El madrigal se convirtió en la contraparte profana del motete. Pertenecía a la así llamada Música reservata: música reservada para conocedores, desde el punto de vista sociológico, al mismo tiempo, para Ia aristocracia y para el estrato instruido de las ciudades, quienes tenían acceso e interés por este arte.



Podríamos dividir al madrigal en tres períodos:



1. El madrigal primitivo: (1530-50) Está escrito a 4 voces, en forma homófona y polifónica mixtas, de composición desarrollada, casi siempre en compas par.

2. El madrigal clásico (1550-80) Está escrito a 5 voces, como el motete de la misma época

(también a 6 voces). Su arte expresivo, inspirado por en el texto, ocupa el primer lugar en la estética de su tiempo. Esta música se considera natural en un modo descriptivo-musical aparecen voces de pájaros, cacareo de gallinas, tañidos de campanas, fragor de batallas, etc., y además también efectos que solo pueden verse en la música escrita.

3. El madrigal tardío: (1580-1620) Acrecienta una vez más la interpretación del texto. La composición está llena de madrigalismos, como en “Dolcissima mia vita” de Gesualdo, se oyen súbitos desplazamientos hacia tonalidades remotas (de La menor a Fa sostenido mayor) como expresión de la distancia a que se halla la ayuda; un silencio ilustra el llamado interrogante; la palabra “morire” se expresa por medio de un intenso cromatismo; las llamas, aparecen como rápidas escalas ascendentes; etc.

Las exploraciones de la escala cromática, tanto mediante el movimiento por semitonos como por los alejamientos de los modos, fueron experimentos que intentaban resucitar los géneros cromáticos y enarmónicos de la música griega. Nicola Vicentino, fue el compositor más influyente en estos experimentos, publicando un tratado en el que proponía la adaptación de la música antigua a la música moderna. Para sus experimentos, se vio forzado a construir instrumentos especiales que le permitieran ejecutar las escalas cromáticas o microtonos. Aunque muchos de sus contemporáneos se burlaron de sus ideas y de su música, algunos de sus madrigales alcanzaron una elevada categoría artística.

A mediados del siglo XVI, comenzó a ponerse de moda la escritura de la música en compás de cuatro por cuatro, lo que daba como resultado el empleo de notas cortas. La preponderancia de las notas negras en las páginas, le dio el nombre a esta escritura de cromática. La posibilidad de utilizar formas negras permitía a los compositores componer palabras como “oscuro”, “noche” o “ciego” con formas de nota en negro y a menudo los músicos obrarían así cuando ello no implicase diferencia en el sonido real, sino más bien una exquisitez para la vista apreciada únicamente por los cantantes que miraban la página. Este rastro ilustra el hecho de que los madrigales, cuando menos hasta bien transcurrida la mitad de la centuria, se escribieron y ejecutaron especialmente para el deleite de los interpretes antes que para un público.

Muchos compositores septentrionales contribuyeron al desarrollo del madrigal italiano, entre los más influyentes se encuentran, Orlando Di Lasso, el cual también estaba familiarizado con la chanson y el lied, Philippe De Monte, quien comenzó a escribir madrigales en su juventud en Italia y prosiguió ininterrumpidamente durante muchos años en los que publicó treinta y dos antologías de madrigales, y Giaches De Wert, quien llenó de saltos atrevidos, declamaciones parecidas a recitativos, y contrastes extravagantes sus composiciones de madrigales. Este último ejerció una marcada influencia sobre Monteverdi.

La cúspide del cromatismo del madrigal italiano, se alcanzó con las obras de Carlo Gesualdo, príncipe de Venosa cuya fama de asesino precedió a su celebridad como compositor. Este músico estaba habituado a improvisar en el arcicembalo cromático de Vicentino.

En la Italia del siglo XVI, también se cultivaron otras variedades más ligeras de la canción para diversas partes, la más importante fue la canzon villanesca. Esta era una pequeña pieza animada, estrófica y a tres voces, de estilo homófono, en la que los compositores a menudo utilizaban deliberadamente las quintas paralelas.

Paralelamente en Francia y en los Países Bajos, la chanson siguió floreciendo durante la segunda mitad del siglo XVI. Sin embargo la tradición se modificó gracias a un vivo interés por el madrigal italiano, influenciado principalmente por Orlando Di Lasso.

En Alemania, los compositores nativos y las formas nacionales de la música pasaban a ocupar el segundo plano durante la segunda mitad del siglo XVI. Las diversas cortes y municipalidades comenzaron a contratar a los primeros francos-neerlandeses y luego italianos para asumir los cargos musicales de mayor influencia en el país. Estos compositores no trataron de imponer sus gustos sino que por el contrario pronto se asimilaron a la vida musical alemana y efectuaron importantes contribuciones al lied profano y a la música eclesiástica.

En Inglaterra, la edad de oro de la canción profana se produjo con posterioridad a la de los países de la Europa continental. A fines del siglo XVI, Nicholas Yonge, publicó “Música transalpina”, una antología de madrigales italianos en traducción inglesa, muchos de estos madrigales ya habían circulado en manuscritos desde años anteriores. Posteriormente aparecieron otras antologías de madrigales italianos que dieron impulso al nacimiento de la escuela madrigalista inglesa que floreció durante la última década del siglo y continuó con ímpetu decreciente en los primeros años del siglo XVII. Los principales compositores fueron Morley, Weelkes y Wilbye.

El madrigal ingles difiere básicamente de su prototipo italiano en la mayor atención que presta a la estructura musical, en su preocupación por los recursos puramente musicales, su aversión a seguir a los italianos en el procedimiento de fragmentar activamente las composiciones según el capricho del texto. El madrigal ingleses, antes que nada, músico; su colega italiano es, a menudo, más bien dramaturgo. Los madrigales, así como los ballets y cansonets, se escribieron para voces solistas sin acompañamiento, aunque muchas de las antologías indican en su portada que la música es apta para voces y violas.

El madrigal ocupó un puesto importante en la carrera de Monteverdi y este en la historia del madrigal, ya que gracias a él se pasara de escribir para conjuntos vocales polifónicos a hacerlo para solos y dúos con acompañamientos instrumentales. Monteverdi publicó nueve libros sobre madrigales entre los que se incluye una serie de cinco libros en donde expone la historia del madrigal polifónico. Sin llegar a extremos como los de Gesualdo, demostró su dominio en la técnica del madrigal con su uniforme combinación de escritura homófona y contrapuntística de las voces, su fiel reflejo del texto y su libertad en el uso de expresivas armonías y disonancias. Muchos eran los rasgo que demostraban que Monteverdi avanzaba raudamente y con notable seguridad hacia el nuevo estilo del siglo XVII. Por ejemplo, muchos de sus motivos musicales no son melódicos, sino declamatorios, a la manera del recitativo; la textura a menudo se aparta del medio de voces iguales y se convierte en un dúo sobre un bajo de apoyo armónico; además, las disonancias y ornamentos previamente admitidos en la improvisación aparecen ahora incorporados en la partitura escrita.

Monteverdi publica su primer libro de madrigales en 1587, estos primeros madrigales, tienen una marcada vocación pictórica y descriptiva, basada en el convencimiento de una vinculación armónica entre el hombre y la naturaleza.

El segundo libro, representa el momento de máxima adhesión a una visión serenamente clásica del madrigal. Las voces se funden en un contrapunto armónico, la música sigue el dictado de la poesía sin roses, apegándose al ritmo de los versos y sus imágenes.

El tercer libro demuestra la influencia de Wert, la utilización de marcados contrastes entre las voces graves y agudas, con una mayor utilización de ornamentaciones y virtuosismo.

El cuarto libro presenta un declamato, procedente de las contemporáneas experiencias monódicas. Persiste la abundancia de las ornamentaciones, pero también empieza a tomar carácter autónomo, desligado del texto e inspirado en el puro regocijo vocal.

El quinto libro, representa el momento de máxima experimentación dentro de la forma tradicional a cinco voces. Las estructuras armónicas están sometidas a un grado de libertad absoluto, con atrevidas disonancias en momentos tanto iniciales como culminantes. En los últimos madrigales del libro, se presenta la prueba de un cambio inminente hacia un nuevo estilo musical: el bajo continuo, lo que permitiría a las voces agudas más libertad para las ornamentaciones y los virtuosismos.

Nueve años más tarde se publica el sexto libro. En esos nueve años el estilo monódico se ha ido afirmando y Monteverdi, había tenido experiencias en el teatro musical. En éste libro, el bajo continuo está bien consolidado y la relación entre las voces comienza a sufrir modificaciones que relacionan el madrigal con el teatro música, como ser el alejamiento de una voz de soprano de forma independiente para hacer una exclamación.

En 1619, se publica el séptimo libro con el título de Concerto, lo que nos brinda una idea de la dirección de los intentos renovadores del compositor. En este libro se pueden encontrar dúos, tríos, cuartetos y hasta sextetos, siempre sostenidos por un bajo continuo, y algunas veces precedidos por introducciones instrumentales.

El octavo y último libro que escribió Monteverdi sobre madrigales, fue publicado en 1638 (el noveno fue póstumo). Este libro presenta una gran división entre cantos guerreros y cantos amorosos con algunas formaciones atípicas como ser un trío de voces masculinas.

Definitivamente, los compositores de madrigales realizaron aportes destacables en la historia de la música: algunos fueron audaces y realizaron modificaciones osadas para la época sin importarles las burlas de sus contemporáneos, otros se ocuparon de difundir este estilo compositivo y fundirlo con los de otros países, y otros trazaron el camino hacia la siguiente etapa musical. El madrigal fue, sin duda, un puente de transición entre la música del Renacimiento y del Barroco.



Bibliografía General:

Martínez Miura, Enrique. Claudio Monteverdi, el revolucionario de la pasión. Aguilar, Altea, Taurus, Alfguara. 2005

Michels, Ulrich. Atlas de la música. Alianza. 2004

Grout – Palisca, Historia de la música occidental. Alianza música. 2001

NO TE DEJES VENCER--OSVALDO BÉRANGER



Ya no levantas bien los pies.
Hasta tu mujer ya está viendo
que a veces estás preocupado,
triste y fumando apurado.

Quita pronto tus pasos cansinos
y levanta el rostro amigo
para beber cada día el buen vino.

Deja a un lado ese gesto huraño.
Una sombra hay en tu frente
cuando siempre fue tan serena.

Ríete, no pienses en la muerte
y disfruta de una nueva suerte.
Acomete sereno un nuevo camino
cabeza y brazos para el empeño.

Da, sin temor, ejemplo de acción,
con la arrogancia de un león.
¡Sé optimista! Horas de bonanzas
en medio de penas no descansan.

¡Lejos de eso! Hoy, debe estar de tu lado… ¡La Esperanza!

MARÍA CRISTINA DALBES



Y VUELVES…



Y vuelves y regresas
como la piel del alma
las huellas de la Vida:
aquéllas que se van…

Y en un lirio de nubes
de incontenible rito
nos legas el tormento
de lluvias que no están…

Entonces el inicio
de un tímido inolvido
es parte del olvido
tan cerca del quizás…

…donde ese viento amigo
visita tu costado
sobre esa piel del alma
donde queda el jamás…



ESTABAS AÚN ALLÍ…



Estabas aún allí:
donde te fuiste

con tu juego
de estrella y remolino

Venciendo lo mejor
de nuestra Vida

en ese osado día
de las pausas…
Era ese adiós
la forma destruida

de mirar cada cosa
en su arrebato

o la mano del aire
Y sus maneras

en el débil sonido
de los miedos…

PRIMAVERA--CAMILA GOIRIZ


Era un día común, como todos los días, pero tenía algo especial,- la primavera, todos pensaban, que lindo día!, hoy va a ser el mejor día del mundo, eso pensaba yo también…, pero después, no era todo como uno creía…, esto paso así:

Tres de la tarde, paseaba con mi bicicleta, pero de pronto, vi una casa en la que se estaban mudando. En realidad, no sé si se mudaban,¡ que extraño!, sin valijas, sin muebles. Nunca había visto a esas personas. Cuatro de la tarde, decidí ir a comprar pan para mamá; ellos me saludaron, moviendo sus manos. La casa era muy grande!, creo que se la habían prestado, volví a casa, ¡ya eran las cinco!, hacía un calor tremendo!. A las seis me invitaron a merendar; yo acepté, para conocerlos más. Hablamos, tomamos té con leche, cuando me estaba yendo, vi una puerta, de atrás de la casa. Entré… tenía una escalera muy larga, y estaba muy oscuro, saqué de mi bolsillo el encendedor de mamá, y vi personas, pensé que estaban vivas; pero en realidad estaban muertas. En ese momento no reaccionaba. Salí lo más rápido que pude, corriendo, sin gritar de lo asustada que estaba. Entré a mi casa, no estaba mi mamá, ni mi papá, ni mi hermanito!. Salí corriendo, y me fui a lo de mi vecina Christina, hablamos, le conté lo sucedido, llamamos a la policía, revisamos el galpón, donde estaban las personas; pero no había nadie. En ese momento pensé que estaba volviéndome loca, pero ¡no!, yo lo vi. La gente me miraba muy mal, ya eran las ocho de la noche. La gente me decía…, no arruines la primavera; volví a casa, no estaba mi familia, ¿qué hago ahora? Para tranquilizarme caminé hasta el mar, para relajarme. Me fui con mi fierro de la suerte que me regaló papá, se me cayó al agua, y tirarme no podía hacerlo, decidí regresar. A las once, volví a ir al mar, cuando me estaba yendo, me doy vuelta, estaban esas personas. Intenté hacerles algo, eran espíritus, jajá, con razón ni la gente, ni la policía los veía. M tiraron al agua, trate de defenderme hasta que encontré mi fierro, les di un golpe en la nuca y me escapé. A la una de la mañana llegué a mi casa muy asustada, sin hablar, ni siquiera podía mover la mandíbula; me senté y me dormí. Mis padres se habían ido a pasear. Tres días después salí a la puerta y de pronto los vi,¡ que se volvían a mudar! Al verlos, casi me muero, y ahora que me acuerdo, los espíritus no mueren. Seguiré en la lucha.





LA DAMA DE BLANCO--JORGE CASTAÑEDA



Por mi propia formación nunca he sido un hombre de exagerar situaciones ni de creer en fantasmas ni aparecidos. Eso sí, siempre he sido respetuoso de las creencias de los demás. Y antes que hablar más me gusta escuchar.

Estoy orgulloso de mi trabajo cuando presté servicios en la Policía de Río Negro. Pocos se podrán imaginar que esta profesión tiene muchos sinsabores y algunas pocas satisfacciones, sobre todo cuando uno se ha esforzado por hacer las cosas bien.

Y también que por los traslados, que generalmente se producen cada dos años, a pesar del perjuicio que ocasiona a la familia, tienen de positivo que uno se enriquece conociendo muchos lugares, personas y costumbres. Ciudades, pueblos chiquitos y hasta parajes perdidos en la meseta patagónica, en los que hay que hacer de todo, desde juntar leña, carnear algún animal para la comida, traer un enfermo al pueblo y a veces hasta oficiar de partero donde no hay centros asistenciales.

Después de trabajar en la comisaría de Bariloche, sorpresivamente, como habitualmente se hace, un día recibí el radiograma donde desde la Jefatura se ordenaba mi traslado a un pequeño lugar de la Línea Sur conocido como Sierra Pailemán, a casi sesenta kilómetros de Valcheta, un hermoso pueblo éste que ya conocía por haber pasado alguna vez.

Siempre me interesó conocer la historia de cada lugar y preguntando me enteré que Pailemán quiere decir en lengua mapuche “cóndor echado de espaldas”. Pero yo miraba el cielo y nunca se veía un cóndor, hasta que muchos años después desde ese paraje un programa los reinstaló allí con todos los cuidados.

Estaba habituado a los rigores del clima patagónico, pero en Pailemán los inviernos son realmente muy crudos con temperaturas de muchos grados bajo cero y los veranos sumamente calurosos.

El paraje es muy bonito y su gente muy buena. Hay algunas plantaciones de frutales y siempre algún asado está aguardando, porque no hay muchas diversiones para que los pobladores se puedan entretener en sus horas libres.

Yo tenía en aquellos años una camioneta Ford F 100, porque en el campo hay que tener vehículos fuertes, nobles y de mecánica sencilla para andar entre los pedreros y las rutas de ripio. La 23 todavía no estaba pavimentada como ahora.

Como me hacían falta algunas provisiones tomé la decisión de viajar hasta Valcheta para comprar sobre todo verduras frescas y algo de indumentaria, entre otras cosas.

Salí temprano de Pailemán y cosa rara esta vez viajaba solo, no tenía ningún acompañante que necesitara viajar al pueblo por alguna necesidad.

Siempre me gustó mucho pensar. Y en este oficio de policía había visto muchas cosas y pasado por situaciones donde había que demostrar cierto coraje y valentía. Sin embargo…

Venía con estas cavilaciones cuando en la primera tranquera veo a una figura humana que estaba esperando seguramente que alguien la lleve hasta el empalme con la 23.

Voy aminorando la marcha y distingo a una señora que portaba una especie paraguas y estaba vestida de blanco como una dama antigua, situación que mucho no me llamó la atención porque la gente de campo raramente anda a la moda como los puebleros.

Freno, bajo el vidrio, y le pregunto en que la podía servir, si necesitaba algo. Aclaro que en la Patagonia toda la gente en la ruta es más servicial para dar una mano al que lo necesita.

La mujer, cuyo rostro no me llamo mucho la atención porque no era nadie que hubiera conocido, me pidió si no la podía llevar para dejarla en el cruce porque tenía que ir hasta la ciudad de Viedma y allí era más fácil encontrar un medio de transporte que la deje en su destino.

Yo pensé que a lo mejor la mujer estaba de visita en alguno de los establecimientos cercanos. Por supuesto que accedí a lo solicitado. Me bajé, le abrí la puerta del lado del acompañante y la invirté a subir a la camioneta. La cercanía a su cabello, que llevaba ceñido con una cintita de color, me invadió con una aroma como a violetas, que me hizo recordar un perfume que muchos años antes usaba mi madre.

Cuando me acomodo nuevamente al volante de la Ford, mi oficio de policía siempre despierto, advirtió nuevamente en la rareza del vestido de la dama, en el aroma a violetas que exhalaba su cabellera, en el extraño paraguas cuando el día estaba completamente despejado y en especial un detalle muy particular, que a cualquiera lo haría sospechar: no llevaba ningún equipaje. ¡Qué cosa más rara!

Al hacer menos de una legua y atento al camino que estaba en muy malas condiciones, intrigado quise hacerle algunas preguntas para aclarar el misterio, pero cuando miro a mi lado: ¡No había nadie! ¡La misteriosa dama de blanco se había esfumado en el aire! ¡Estaba yo solo en la cabina de la camioneta!!

Y allí a pesar de mi formación policial, tuve miedo, mucho miedo. Y comencé a temblar. Ni siquiera podía controlar mis movimientos y solamente me aferraba al volante imprimiendo al acelerador una velocidad desacostumbrada para mí.

Algo más calmado llegué a Valcheta. Pero ¿qué hacer? ¿A quién contarle mi historia? ¿Al Comisario? Me tomarían seguro por un fabulador o lo que es peor por un insano y hasta me podía costar un sumario.

Pasaron los días y los años y nunca perdí del todo el miedo a los caminos solitarios. Después, mucho después, en algunas guitarreadas donde también se hablaba de luces malas, de aparecidos y de fantasmas, un viejo poblador para mi sorpresa comenzó a mentar la desventura de la “dama de blanco” que se aparecía en la tranquera de Pailemán. Y explicaba que fue la dueña de un establecimiento de campo que había heredado y que siempre vio siempre frustradas sus ganas de irse del paraje para regresar a su ciudad, muriendo y siendo enterrada en el mismo.

Y por eso su fantasma en algunas ocasiones hace dedo en la ruta para irse del lugar y cumplir de alguna forma los sueños que en vida no pudo concretar.

Han pasado los años, yo ya estoy retirado del servicio activo, pero a veces cuando me invaden los recuerdos de tantas cosas vividas, me viene a la memoria la figura de la dama de blanco y su paraguas parada haciendo dedo en primera tranquera de Sierra Pailemán.

sábado, 18 de agosto de 2012

NIÑOS--JOSÉ NAROSKY




Que tus hijos vean en ti,
cundo niños, una fuerza
que los ampare.
Cuando adolescentes, una
inteligencia que les enseñe.
Cuando hombres, un amigo
que aconseje.

Confucio

Hay niños huérfanos cuyos
padres viven.

El dolor infantil tiene todos los
ingredientes del dolor adulto.

Cuando la mejor causa, mata a un
niño, muere la causa.
Quien defrauda a un niño, asesina
ilusiones.

En el hombre que somos siempre
estará el niño que fuimos.

El mejor obsequio a un niño es
regalarle felicidad.

La ingratitud de los hijos nunca
contagia a los padres.

Amar a los niños no significa
comprenderlos.

Un niño mató un jilguero. ¿Cuánto
murió el niño?

Los padres juzgan a sus
hijos por sus
valores. Los hijos suelen juzgar a sus padres
por sus carencias.
Lo que faltó en la infancia siempre
faltará.

Brindar cariño a un niño es una
manera de enseñarle

MUSEO--CARLOS ABRAHAM



Las ordenadas filas de animales

se pierden en el fondo del pasillo.

En la tarde serena el amarillo

resplandor ilumina los cristales.



Erguido en una sala, el esqueleto

del dinosaurio duerme y sueña. Un ave

que está muerta y que no lo sabe

me mira quieta desde su secreto



pasado. Cada cosa que aquí veo

fue alguna vez un ser como yo, habitante

del hoy, de lo fugaz, del instante.



Vano intento de detener el frío

paso del tiempo, este calmo museo

será deshecho por su eterno río.


HARAPOS DE ABANDONO-- MARY ACOSTA


Petrificado en el exilio de la noche,

el gnomo de membranas hambrientas

y heridas coaguladas por el látigo del sol,

suplica silencioso y a la intemperie por su huérfana inocencia.



Golpeado sobre la lozana piel naciente

desgarra sus sueños sobre el fango.



Querubín a la espera del retorno, desnuca a la justicia

tras el peso de una lágrima,

gestada desde las entrañas de su orfandad.



Vestido con harapos de abandono,

busca encontrar la esquina de su infancia,

atravesando angustias con sabor a prepotencia

que anule cicatrices, marchite lo imposible y destiña ausencias.



Metamorfosis de verbos, vigilan el “pienso” carcomido,

fantasma encadenado al sordo murmullo de los días,

que dañan crucifijos pintados de esperanza

entre las tenazas abiertas y dolosas de un germinado desafío.



Con resignados pasos,

cruza la frontera del destino al ritmo de los ciclos de la luna.



Atento a sus treguas sin color, rescata las siglas de los sueños

que suspendidas quedaron en el buzón del tiempo.

En búsqueda de Dios,

un par de sonrosadas mejillas sombrea la vida,

en reclamo justo por el dorso edénico de su inocencia.











INDECISIÓN--EDUARDO SANTAMARÍA



Los revoltosos y atrevidos gorriones, jugueteaban parados en la soga de colgar la ropa, el duraznero, daba ya sus primeros frutos, las macetas en fila como fieles en procesión, pintadas con franjas verticales de color rojo y blanco, el viejo limonero de tronco ahuecado crujiente parecía quebrarse al primer atisbo del viento cantarín, en el fondo y junto al lavadero el cedrón expandía su delicado aroma y los lazos e amor se integraban a la policromía de colores. Todo esto le hacía recordar a los años dorados de su infancia y juventud, los picados de fútbol jugados en la canchita, con el ruso Mario, Carlitos y Ricardo el pollo, las primeras salidas al centro, los bailes en la casa de Analía, su primera novia, los flirteos con la francesita Lucién, acaso su amor imposible, la comprensión y el apoyo de sus viejos…el ingreso a la facultad.

Desocupado, pisando ya los cuarenta había tomado medio a la ligera esta decisión de irse a Miami, donde lo esperaba su ex compañera de oficina, quién le había propuesto para un cargo en una compañía de seguros.

Mientras iba en el remise que lo trasladaba a Ezeiza, llegaban a su mente los recuerdos entrañables y ahora que… el desapego, la deserción un poco involuntaria, lo tornaban triste, melancólico, confuso…no quiso pensar más…

Se extasió mirando el hermoso paisaje primaveral, los árboles su verde follaje, sus nidos, los pibes jugando a la pelota, el barrio con sus casitas uniformes, el autódromo que tantas veces visitó de la mano de su viejo…

A pocos metros del aeropuerto dio marcha a tras, hizo regresar al remise, llegó a su casa, fue a la cocina, tomó un café a la ligera, compró el diario y salió a buscar trabajo.







LA CASA SIN MÍ--HÉCTOR SERRANO

Mi cara, desde un marco de plata repujado, mira todo. Y yo también. Veo la blanca escalera, el vestíbulo con su patio de mosaicos, el vitreaux de mil flores de colores que da al patio. Veo el escritorio, el comedor. Mis cumpleaños, desde chico en ese comedor. La algarabía de todos, primos y amigos que me festejaban.

Mi madre y mis tías, atendiendo a todos. “Quiero naranjada”, “¿Cuándo viene la torta”, ¿Te gustó mi regalo?” Y después a jugar en la terraza.

Mi barrio era un barrio bajo, chato. Desde la terraza se veía el infinito. Aquella es la iglesia de la plaza. Ese edificio de dos pisos es el club. El Arsenal de Guerra. Más allá la cárcel…Viéndolo a través del tiempo, fue un barrio triste. No para mí en la niñez. Tenía la fábrica de hielo, el aserradero, la plaza Garay. Había tantas cosas… Yo siempre estaba en la calle. El Edy, el carbonerito, el hijo del zapatero, la hermana de Nancy… ¡Qué sé yo! Éramos tantos…Y mi madre en la puerta para “A tomar la leche” “¿No lo viste al Pupi?” “Sí, señora, se fueron al baldío de la vuelta a jugar a los indios”.

Y volvía a la casa a tomar la leche. Ese día solo. En el comedor de diario. Café con leche con rebanadas de pan con mermelada. “Y tomá ese vaso de leche de una ve que se enfría”

Mi casa era una fiesta. Con mis hermanos mayores. Mi hermana era maestra y tenía alumnos particulares y además tenía una academia por correspondencia donde enseñaba contabilidad, taquigrafía y otras cosas. Mi hermano trabajaba en una compañía de electricidad y también ayudaba a un contador. Mi papá fue empleado de correos hasta 1946 en que lo jubilaron. Leía mucho mi papá. Tenía una biblioteca grande y me contaba cuentos. Cómo me gustaría tenerlo, pero ahora, ya de grande. Heredé esa biblioteca a la que muchas veces me acerqué no soloa leer sus libros, sino a acariciarlos y tenerlos un rato en las manos, y recordar cuando lo compré, quién me lo regaló, cuándo lo leí.

En esa casa vivíamos todos. Los cinco y algún perro de turno agregado. Era una casa grande. Patio, terraza, la cocina en el fondo. Ahora, miro a través del retrato, la veo tan igual y tan distinta. Es una casa sin mí. Aunque me recuerde cada rincón, en cada cuarto, en la escalera del fondo, yo ya no estoy. Nos fuimos yendo silenciosos, furtivos, para que el otro no se diera cuenta.

La casa fue un poco, mucho, mi vida. Ahora que no estoy y veo a través del retrato, siento que ya esa casa no tiene sentido sin mí. Veo sus paredes con muchos recuerdos. Sus persianas cerradas. Sus grietas, algún vidrio roto…algún clavo clavado ya sin uso…Ya algunas habitaciones están vacías.

Ya no está el comedor, ni el piano de mi hermana, ni la mecedora de alguna tía perdida en el tiempo.

Solo quedan claros u obscuridades.

Alguien toma mi retrato y me lo ofrece. “¿Qué edad tenías?”

“No sé…veinticinco años, no sé…” Lo tomo y lo miro.

Mi mujer me dice: “¿Lo llevamos?” Se lo devuelvo. “No, déjalo con las cosas de la casa” La abrazo.

Y mientras bajan los últimos muebles cierro alguna canilla que quedó goteando.





¿DÓNDE IRÁN?--NORBERTO PANNONE



Dónde irán los retumbos de la voces.

Dónde irán

los perfumes sigilosos del olvido.

Camino del alba, luna mía,

andarán desluciendo los rocíos

en la etapa sedentaria de mi vino.

Cuando la noche amasa el pan de la mañana,

la memoria y el verso se desgranan

abrazados al insomnio del ladrido.

Luna y río

y el misterio sideral que me contiene.

La luz, no huye como el total afecto del amigo.

No se consume totalmente

en la global planicie que circunda

sin abrigo.

La penumbra se va,

pretendiendo robarse hasta el vestigio

de otro día de preludio parecido.









PANORAMA APOCALÍPTICO--ERGOTO( DE BONAERO)





¡Más de uno profetiza destrucciones!

catástrofes, desastres, maldiciones!

“¡El fin del mundo ya es inevitable!”

Mas yo diría: ¡Mejor es que no hable!

¿Qué dijo hombre de ciencia sabio y puro?

“¡No somos necesarios pal’ futuro!”

“Robótica, nanotecnologías,

genética, gigant-analogías,

nos llevarán sin falta a la extinción,

a la completa desaparición!”

¡A esto se agrega el cuco del momento:

Imparable, global calentamiento!

¡Grandes sequías, hielos se derriten,

en destruirnos se empeñan, compiten!

¡Pero es más tremendo, pavoroso,

que puede resultar más espantoso!

¡Fatal peligro para la humanidad

proviene de la humana cualidad!

¡Los excedentes de la población

serán la causa de la destrucción! (*)



(*)¡ Muchos “matraquean” en exceso!

SABIA MEDIDA CHINA: No más de un hijo

por pareja o matrimonio (heterosexual)

Sino el arroz no alcanzar;

El espacio va a faltar.

¿Dónde vamos a sembrar?

¡Y tendremos que sonar!

EL PASAJERO--MIGUEL MADRID



Cruje la madera ascendente,

olores de antaño

no abandonaron

la evocación de los sentidos.



En el desván,

sus huesos ocupan

el viejo camastro

entre nostalgias de espera.



Cuartillas húmedas

permanecen en reflejos

astillados del cristal.



Tendido el vestido transparente

con huellas de cuerpos y sal.



Brújula sin aguja

que desfloró horizontes.



Carrillón sin horas

devoradas en puntos infinitos.



Velamen descolorido con cicatrices

de huracanes y soles templados.



Lágrimas de soledad se escuchan

en las figuras enmarcadas.



En el arcón, amarras deshilachadas

con marcas de anclajes lejanos.



Multiplicidad de imágenes

que no desaparecen

aunque el pasajero

cierre sus ojos.







TREINTA AÑOS DESPUÉS Y EL MISMO BAR--LEOPOLDO FRANKLIN ARGAÑARÁS



En ese rincón donde la metafísica
es apenas una palabra,
que recorre el retrato de Gardel,
y la cuchara…

Los día son nombres,
y Malvinas y las muertes
sólo hechos cotidianos que deslizan la angustia,
en la esperanza de todo lo verde que se acaba,
como nos acabamos nosotros,
que seguimos siendo: ¡buenos días buenos aires!
y apenas algunas horas,
con un tango que nos duele,
no solo en las esquinas…
Nosotros que nos encontramos para siempre,
en el circuito indefenso de un bar,
con las manos enlazadas
y la fragancia de la vida
y sus pesares.

Y DESPUÉS LO DE AHORA--STELLA VICTORIA TEJERINA



Mi corazón fue ardiente llamarada.
Las penas lo cercaron y se apagó su fuego,
pero quedó una brasa…
Por ella floreció, como racimo leve,
el contenido amor.

Y el intenso fulgor de mi víscera púrpura,
ilumina el recuerdo inolvidable.

El tiempo que se fue perdura,
redivivo por siempre,
con su suma de amores,
con su suma de adioses,
en un juego de sombra sosegada,
que conjugan espacios de la vida…

El ayer tan sentido, el después tan querido
el antes y el después que fueron
alguna vez ahora,
están allá y aquí inacabables,
acompañando el tramo final de mi destino,
como el tierno abrazo de los amigos.

URGENCIAS--MARIO FUSCALDO



Dicen que me fui, pero siempre estoy llegando….

a los labios que besé y me besaron

a las cicatrices que creí olvidadas

a mi libertad siempre cautiva

a mi infancia de nunca y

a mis duendes de siempre.



Dicen que me fui, pero urgente siempre llego

para dejar sin efecto las clases de amnesia

y abolir los calvarios de la ausencia

para el hecho empedernido

de sentir que aún existo

para otra vez barajar los naipes de la vida.

Dar de nuevo y comenzar el juego de todos los días.



Dicen que me fui, pero siempre estoy llegando….

y renazco para vivir de mi muerte

y vivo para decretar la urgencia del poema.







CANCIÓN CON NIÑOS POBRES- JORGE LOMUTO



El pobre es como un niño que no crece
y vive el letargo de pesares y tinieblas.
Encuentra todo clausurado:
los muros del saber,
el sol de la belleza sobre espléndidos paisajes,
las lámparas del arte,
hasta las más elementales terapéuticas.

El niño es como un pobre,
pues depende de códigos adultos
para que nada comprometa la trayectoria de su subsistencia,
para que surjan en dorados frutos
inspiración y ciencia.

La vi.
Creí advertir que la llamaban Carolina.
Aparentaba menos de diez años.
En cierto medio de transporte,
pedía solamente una moneda.
Y los demonios de mi frustración
la vieron alejarse.

viernes, 10 de agosto de 2012

Vivir--Liliana Fernández Blanco



¡Qué hermoso es vivir!
Cantar y reír.
Ver el sol, la luna
y las estrellas.
Despertar cada día
en paz y armonía.
Sentir amor, y
renunciar al rencor.
Ver a nuestros seres
queridos con sus anhelos
¡cumplidos!
no discutir, no pelear,
saber conversar.
Dar mucho amor,
confiar en el Señor.
Aprender a sobrevivir
al dolor al sufrimiento y
al mal humor.
Desearle lo mejor al
peor enemigo, la bondad
está contigo)
Estar atentos para disfrutar los
momentos
felices, que a veces se
escurren de nuestras manos, como
agua límpida en un pantano
Es bello vivir,
encontrarle sentido
a cada cosa, y nuestra vida
será hermosa

Refranes del saber popular--Carlos A. Burgos



*”El que no prueba la mar no pasa”

*”Como vas a caminar al lado de medios días, si hay días enteros”

*”Los largos sermones más mueven trastes que corazones”

*”Ya sabe mucho el que sabe que no sabe nada”

*”En boca cerrada no entran moscas”

*”Los catalanes de las piedras hacen panes”

*”El que escupe al cielo, a la cara le cae”

*”El que mea contra el viento se moja”

*”Mata más el tenedor que la espada”

*”Hace más el que quiere que el que puede”

*”Toda carrera de veinte kilómetros comienza con el primer paso”

*”Si no observas y no tienes memoria no tendrás historia”

*”Cuando se pierde la humildad de nuestros orígenes la soberbia nos lleva por mal camino”

*”En boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso”

*”¿Cuñados en paz y juntos? No hay duda que son difuntos”

*”El mejor título que puede tener un hombre es su credibilidad”

*”Quien se quiere, Dios lo quiere”

*”La gente gandula suele sentirse más cansada que la que trabaja”

*”En este pícaro mundo quien habla claro todo le sale turbio”

*”La avaricia rompe el saco”

*El que no cree en su buena madre después tiene que creer en su madrastra”

*”Sabe más el tonto en su casa que el vivo en la ajena”

*”Vale más la trompada de un pillo noble que la caricia de un tonto”

*”Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”

*”Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía”

*”Los amigos no son los que te palmotean y te hacen reír, los verdaderos amigos son los que te dicen las cosas que no te gustan oír y tal vez te hagan llorar”

*”El que más se agacha más se le ve el traste”

*”No hay cosa más sosa en el mundo que un tío sin sal”

*”Lo que tengas hoy si no lo cuidas y no te superas lo puedes perder mañana”

*”Después del conejo ido no tiene sentido golpear la madriguera para que salga”

*”Maldito sea siempre el dinero que no es bien ganado”

*”El que mucho duerme poco aprende”

*”Las letra con sangre entran”

*”El que quiera tener un hijo pillo que lo meta a monaguillo y si lo quiere tener más mételo a sacristán y si lo quieres tener doble mételo a sacerdote”

*”Cuando Dios no quiere los santos no pueden”

*”De Dios para abajo, cada uno vive de su trabajo”

*El vivo vive del zonzo y éste de su trabajo”

*”A donde el corazón se inclina, el pie camina”

*”A veces las cosas no son así como parecen pues las apariencias engañan”

*”En todos lados se cuecen habas y en mi casa calderadas”

*”Hecha la ley, hecha la trampa”



Del libro “Las raíces de Juan Mechón, de Juan Cintas Muñoz

Una experiencia--Gittel Gruber



Me levanto temprano, como d costumbre. Salí de casa masticando chicle de una caja que mi hermano me obsequió de su viaje de Miami. Diariamente salgo a correr por los bosques de Palermo, con el chicle en la boca. Me da fuerzas y magia. Al rato de comenzar mi caminata diaria, se suma más gente. Ya nos conocemos. Sonreímos al saludarnos y en silencio corremos.

Después de varias vueltas, me siento en un banco de la plaza. Estoy un poco cansada. Poco después todos quedamos atónitos. Vemos bajar del cielo una nave espacial, como en las películas. Descienden dos hombres bajitos de vestimenta rara. Parecen extraterrestres. Y comienzan a caer flores multicolores y cada vez más rápidamente se llena el predio de flores y más flores. Se percibe una fragancia exquisita. Es tanta la cantidad de flores que quedamos como estatuas, petrificados. Los hombrecitos no hablan, se comportan extrañamente. Esto nos desespera, nos sentimos tapados por las flores. No tenemos salida y estamos inmóviles. De repente el cielo se oscurece: truenos y relámpagos. Se desata una lluvia torrencial, que amenaza con inundarnos. Y ya el agua incontenible nos llega hasta la cintura. Desesperados nos tomamos de las manos. Creemos que es el final, atinamos a cantar el himno nacional. Cuando finalizamos de cantar, sorprendidos vemos que la lluvia cesa. Sale el sol, las aguas bajan inmediatamente, las flores desaparecen. Nosotros estamos secos por completo. Nos pellizcamos para comprobar si estamos vivos. Todo nos parece haberlo soñado.

Por eso la vida es una lucha diaria. Todos los días nos esforzamos para progresar, para ser mejores, desarrollar nuestros sentimientos solidarios. Buscamos un camino que nos conduzca a la armonía de pensar y de trabajar. Así es más llevadera nuestra existencia. Es bueno soñar.


El vuelo de Albina- Viviana Walczak



Donde hay mucho sentimiento

hay mucho dolor-Leonardo da Vinci



Albina era diminuta y muy simpática. Cantaba todo el tiempo y le gustaba volar. Volaba solitaria, a poca altura y en pequeños tramos. Casi siempre lo hacía al ras de las praderas y de los ríos. Sus sitios preferidos par proyectarse eran las cornisas, las azoteas y los puentes. Desde allí, se lanzaba, temeraria. A pesar de su grácil figura, se sentía poderosa y libre ondeando entre la lluvia mansa y el silbar del viento.

A veces, intrépida, se alzaba a mayor altura y lograba llegar debajo de las nubes. Solía hacer sus incursiones cuando la ciudad se encontraba plácidamente aquietada por el sopor de la noche y cuando los noctámbulos que la recorrían eran escasos. Lo hacía cuando estaba sola y no vislumbraba a nadie a su alrededor. Siempre había sido muy tímida y le gustaban los sitios despoblados.

Se sabía diferente y, en su aislamiento, percibía que no deseaba nada más en la vida que volar y volar. Aunque era consciente que su vuelo era único, de alguna manera, anhelaba compartirlo con los demás. Hasta que un día, por fin, tomó la decisión. La mañana era diáfana y corría una brisa picante que saturaba el aire con el olor de todos los aromas primaverales.



Pensó que había llegado el momento indicado para develar el enigma que la acompañaba desde hacía tanto tiempo. Dio una mirada furtiva a los edificios linderos, a las personas que caminaban presurosas y, luego a los empleados que trabajaban en la oficina del noveno piso. Había una ventana abierta, entonces, con suma plasticidad, se ubicó en el saliente. Estiró el cuerpo armoniosamente y, con increíble gracia, emprendió el veloz ascenso.

Durante el sucinto planeo, Albina, sintió que todos la miraban atónitos. Entre todas las voces, alcanzó a escuchar la de un compañero de tesorería, que gritaba a viva voz:

-¡Siempre les dije que Albina estaba loca!

Los murmullos cesaron cuando el cuerpo chocó contra el suelo. La gente comenzó a agruparse en ventanas y balcones mirando, estupefactos, la dramática escena.

Algunos transeúntes formaron círculo alrededor de la figura inerte observando, con ávida morbosidad, cómo descendía por la oscura y muda oquedad de los labios entreabiertos un denso fluido que tenía el asfalto de rojo escarlata



(De “La curandera de Ybicuy)

Tannhauser- Silvia Gatto



El tema heroico del amor que Tannhauser sustenta es el premio y gloria de la Diosa.



Cual Orfeo, la lira del poeta, a la gruta accede sin demora.

De caricias indecibles en suspiros agitados, hiere, el hielo ardiente de su espada.

Es Venus quien inspira del placer el dulce sueño.

Son las Gracias enlazadas, cuya ronda anima la velada amorosa del encuentro.

De la embriagada noche, las deidades todas en báquica armonía, aspiran la perla roja del estío.



Suspéndese la Aurora…

Ya, en idílico intermezzo, los dorados pífanos consagran su mejor canto y áureos secretos queman los violines.

Es el amor…

Aquél que mueve el Sol y las estrellas.



¡Qué lento corre el tren!--Catalina Gutrejde




                                                                                 ¡Qué lento corre el tren,

                                                                                   qué ganas de llegar,

                                                                                    y las horas van pasando…

El chirrear de los trenes sobre los rieles le anuncia que por fin llegó a la estación de su pueblo.

El frío que llega de los cerros le empaña los ojos disimulando sus lágrimas.



                                                                                   …Y la ansiedad

                                                                                      de ver las cosas del ayer

                                                                                       hace vibrar todo su ser.

Camina llevando su pequeña maleta en el mano. Debe atravesar varias cuadras de casa bajas, donde el humo de las chimeneas desprende anillos que se pierdan en las nubes, mientras perros vagabundos disfrutan la libertad de sus juegos, ladrando a su paso.

Francisco llega a su casa, la que cerró al fallecer su esposa. Le tiembla el pulso al poner la llave en la cerradura.

Un fuerte olor a humedad lo recibe, abre las ventanas iluminadas por el atardecer; el aroma a pinos avanza con fuerza.

Recorre el amplio comedor, la mesa luce aún el mantel bordado por ella; las sillas a su alrededor invocan presencias. Lugo la cocina, sobre el fogón, la pava y el mate quedaron esperando.

Todo está intacto, pero la tristeza se refleja en las paredes descascaradas, el silencio es ensordecedor.

¡El dormitorio!, entra sin encender la luz, tropieza, levanta las pantuflas de Marcela, estaban distraídas al lado de la cama, las besa, invoca su nombre.

Así llega a lo que fuera su lugar de trabajo, una pequeña carpintería, sobre una mesa alagada las herramientas diseminadas lucen el óxido del tiempo, el desorden allí reinante, la viruta en el piso, dan prueba de una labor interrumpida.

Sale desesperada, no pensó que el reencuentro con el pasado le haría tanto daño.

Se sienta en el umbral de la casa mirando la nada. Escucha una voz, alguien se acerca: un niño humildemente vestido acompañado por un animalito negro como la sombra, se sienta a su lado pidiéndole algo para comer.

Lo acaricia. Una vida nueva aguarda a este hombre que siente que en su corazón anida una gran ternura por dar.

El dolor deja paso a la esperanza, y el volver a empezar se instala en su mente. Ahora enciende todas las luces, desde un retrato la esposa sonriente le dice Gracias, y recordando su tango preferido le responde:



                                     Y con la dulce ensoñación de la

                                      Ilusión, tu amor me viene a acariciar.



Mi nieto--Nélida Caracciolo




Como suelen decir todas las abuelas “no es porque sea mi nieto…”; pero es hermoso, gracioso, inteligente y caprichoso.

Este divino personaje es el príncipe, claro, porque “el rey” es el padre, como mi padre lo llamaba, y él se lo creía…y así eran sus reacciones.

Pero, volviendo al principito, para mí no habrá mejor niño en el mundo. Soy su abuela y doblemente madre. Y hubo algo que me dejó asombrada. Te contaré una infidencia: Juan Martín es también de buen diente, aunque selectivo. El otro día estaba por comer fideos “moños” y pollo, qué ilusión demuestra por estos simples platos.

Cuando le puse el queso rallado, cayeron unos grumitos, y veo que adelanta su manito derecha, con unos deditos gorditos pero suaves como los de un duende. “¿Qué hará”- me pregunté. Tomó la bolita de queso, delicadamente con sus deditos de raso…y se la comió

(Juanma tiene cuatro añitos)

¿Cocina...?--Olga Levy



¡Qué mundo maravilloso pero perturbador que nos toca vivir! Tareas polifacéticas, conflictos a resolver, inseguridad continua que no podemos solucionar. Nos compete a todos pero no está en nosotros zanjar las vicisitudes diarias. No obstante, el optimismo brilla por doquier. La esperanza de que la inseguridad cese nos aliente a seguir clamando justicia…

¡Qué hermoso es vivir! Y en plenitud.

Los pensamientos me alejan de la realidad que nos circunda, -errática- camino por las calles, me sobresalto al pensar en las tareas que debo realizar…

Corro y paro un taxi, acudo a mis queridos “tacheros”, Ellos me salvan… Subo, saludo cordialmente y le indico adónde quiero ir…

Un hombre de mediana edad me saluda amablemente… Yo soy conversadora, y si uno les da lugar, ellos animados cuentan su vida, su quehacer cotidiano. Son complacientes, (no siempre, a veces ni una palabra en todo el trayecto) sin embargo dialogo lo suficiente como para que el viaje sea placentero.

En esta oportunidad, me encuentro con un “tachero” trabajador, laborioso, con múltiples ocupaciones en su casa. ¡Qué sorpresa, cuando dispone de tiempo, cocina en su casa! Sí, cocina… Tiene una serie de platos, seleccionados para su familia y amigos…

¡Es original! Es el primero que me comenta que cocina…Es halagüeño, siento curiosidad.

Hay muchos hombres cocineros, que se dedican, es su trabajo; pero un “tachero”, después de tantas horas sentado al volante, sorteando los inconvenientes del tránsito, supongo que querrá llegar y apoltronarse para descansar… No, éste llega a su hogar y quiere cocinar, colaborar y agasajar. Es como un trabajo paralelo, el arte culinario lo atrapa.

-¿Y? Pregunto por uno de sus platos favoritos.

-El asado no pude faltar, pero me apasiona el guiso. Le pongo de todo: carne, pollo, condimentos, garbanzos o arvejas, lo que hay sirve para un buen estofado.

-Y su familia agradecida…

-Sí, además unos buenos postres, cosas dulces…

¡Qué magnífico! Tener un marido que se engolosine por cocinar…

-Los postres son variados: bizcochuelo que lo parto al medio y le pongo dulce de leche o crema. Palmeritas, que quedan para unos cuantos desayunos. Ah, me olvidaba de los alfajorcitos rociados de coco rallado. Y el infaltable flan que lo hago relleno con manzanas. También amaso la pizza, y la cubro con queso, jamón, morrones, o bien la simple fugazzeta. Y por qué no la de verdura con salsa blanca.

-Pero usted tiene variedad y buen gusto…

-Creo que sí, tengo una familia que lo merece…

Qué placentero el encuentro con este “tachero”.

Quiero destacar no sólo lo laborioso en las artes culinarias, sino también el mensaje de amor por la familia. Nuestros orígenes, nuestros hijos –los descendientes, que con el buen ejemplo de los padres- serán cada vez mejores. Así, florecerá la prole, y para bien de nuestra sociedad proyectarse a otros ámbitos, y avanzar para ser mejores personas.

La belleza ampliando los contenidos en el poema breve (2)-- Carlos Pensa



Como ya quedó dicho en la publicación inicial de esta nota (ver POLÍGONO DE CUENTISTAS Y POETAS Nº 54 de mayo 2012 ó www.poligonovirtual.blogspot.com) me guía la intención de presentar poemas breves en los que la sola mención de la belleza estimula la imaginación del lector y los lugares, personas o circunstancias desarrollados ganan dimensiones e intensidad en el gozador de los versos.

Sigamos con el tema

AMOR
Vicente Aleixandre (1898-1984)
EL SUEÑO



Hay momentos de soledad

en que el corazón reconoce, atónito, que no ama.

Acabamos de incorporarnos, cansados: el día oscuro.

Alguien duerme, inocente, todavía sobre ese lecho.

Pero quizá nosotros dormimos… Ah, no: nos movemos

Y estamos tristes, callados. La lluvia, allí insiste.

Mañana de bruma lenta, impiadosa. ¡Cuán solos!

Miramos por los cristales. Las ropas, caídas,

el aire, pesado, el agua, sonando. Y el cuarto,

helado en ese duro invierno que, fuera, es distinto.



Así te quedas callado, tu rostro en tu mano.

Tu codo sobre la mesa. La silla, en silencio.

Y sólo suena el pausado respiro de alguien,

de aquella que allí, serena, bellísima, duerme

y sueña que no la quieres, y tú eres su sueño…
Del libro “Poemas amorosos” de Editorial Losada, Buenos Aires 1977
Todo es quietud en este momento de soledad cuando “el corazón reconoce, atónito, que no ama.” Callado y pensativo él observa el dormir sereno de ella, la “bellísima” a quien antes amara. No nos detalla sus favorables características femeninas y sin embargo la veremos hermosa sin hacer el menor cuestionamiento: sólo leemos el verso y estamos convencidos.
El autor, que en 1925, dejó todos sus estudios ya universitarios dedicándose a las letras, nació en Sevilla y murió en Madrid, habiendo recibido el premio Nobel de Literatura en 1977.

Cayetano Ferrari--Pentagoneando




1-Yo lo vi clarito y cierto como lo veo a usted. El hombre llega al lugar haciendo muecas raras. Como plomo fundido se le desprende la carnadura y la osamenta…Y veo que limpita y alegre le salió la sombra.

2-Durante más de treinta años, usted concentró todas sus energías y sus talentos en lo que parecía inasible. Pudo transformar en un solo cordón, por procedimientos de materialización avanzada, un carretel palpitante de las horas perdidas. Allí estaban sus horas muertas, sus momentos de espera inútil, sus horas malgastadas. Porque usted sabía que tres hilanderas inmortales rigen férreamente nuestro tiempo, pretendía apelas ante aquélla que con tijeras de platino cortaría impiadosa su hilo vital.

Y el día que la podadora lo vino a visitar usted le espetó:

-¡Alto, Átropos: aquí tengo, en este carretel dinámico, el tiempo no vivido: el tiempo que dejaba pasar, el tiempo que los otros me han hecho perder, que me obligaron a matar. Es mucho tiempo, casi como el vivido. ¿No es justo que lo viva?

-Es justo lo que pides. Sígueme y comienza a computarlo.

Lo llevó hasta un gran muro de varios pórticos, de vidrios esmerilados y reflectantes. Una de las puertas se abrió silenciosa. Átropos le advirtió: “Aquí dentro no tendrás tiempo para perder, ni nadie interferirá en tus planes. Te confieso que no puedo cambiar la naturaleza del tiempo perdido. Vívelo como puedas”. Lo empujó suavemente y usted estuvo en esa especie de laberinto, en el que solo se oían los desgarrantes bufidos de algún minotauro.

Usted prendido de la punta del cordón de su hilo vital, no hacía otra cosa que correr estremecido tras el carretel que se desenrollaba sin apelaciones.

3-¡Oh! ¡Si el tiempo fuera más tolerante-como diría Baudelaire-si no trajera su demoníaco cortejo de recuerdos, de nostalgias, de espasmos, de pesadillas, de neurosis y de cólera! Si fuera más sensato, menos prepotente. Yo me propuse cerrarle el paso a ese cortejo ominoso, y hubo un sonido rítmico (quizá el teléfono inalámbrico). Me levanté de un salto de la silla y mi estilográfica rodó por el piso (oí su opaco ¡pac!). Y el despertador cayó de su estante y perdió las pilas. Al tiempo nada le importa. No pude evadirme de su atropello. Todo se derrumba sobre mí. Sin embargo mi pensamiento percibió el latido de mi alma. ¡Esa es la ira del tiempo! Todo lo tritura, todo; pero imposible des-animar, acallar el latido del alma de los hombres.

4-Según narra un viejo cuento hindú, en cierto lugar vivían cuatro hermanos que se tenían el mayor afecto. Tres de ellos se habían instruido en todas las ciencias, el cuarto no había estudiado, mas era muy discreto. Los cuatro hermanos acordaron emprender un viaje parar conocer las paradojas de la vida. En un claro del bosque vieron la osamenta de un hombre en descomposición. El mayor de los hermanos propuso: “Vamos a probar nuestra ciencia: aquí yace un muerto en putrefacción, pues a devolverle la vida con nuestro saber: yo sé ordenar, soldar y alargar los huesos”. Dijo el segundo: “Yo sé restaurar el cerebro carcomido, la carne descompuesta y la sangre reseca.” El tercero afirmó: “Yo sé infundirle la vida.”

Obraron los hermanos y cuando el tercero estaba a punto de darle vida se lo impidió el discreto, recordando: “¡Es un monstruo! Si le das vida, nos matará a todos.” El mayor de los hermanos, contestó:” ¡Necio! No permitiré que la ciencia quede estéril en mi mano. Repuso aquél: “Pues espera un momento hasta que yo me haya escondido en esa disimulada caverna.” Así se hizo. El monstruo recobró la vida, y mató a los tres hermanos. El discreto salió del escondite cuando el monstruo ya se había alejado, y volvió a su casa llorando.

Ese monstruo es el primer antepasado de Frankenstein, el esperpento que asedió la mente de Mary Shelley en 1817, durante una noche de tormenta, y sigue asediando a todos los futuros imitadores de Dios.

5-Idealizaba un sueño: quererte sin las manos. Desearte sin besos en la boca. Quererte sin los sentidos. Me equivoqué. Fui como todos. Finalmente resultó la misma cosa de todos. Te amé como aman todos.





Carmen Hebe Tanco-- Disyuntiva

Voy
-apenas-
Vacilando
si duermo
en
rivalidades
o he
reanimado
a
similitudes.


Me asustan
las
proporciones
que añaden
o diezman.


Voy
atenuando
-apenas-
mi ensueño
eremita
en vigilia
concreta.

Martha Desperbasques--Aquí estoy Señor...


Aquí estoy, Señor, diminuta inmensidad que se estremece inadvertida.

Aquí estoy, sumida en oración. Es un modo placentero de reconocer el resultado de lo hecho sobre el fértil regadío de los destinos… Es tanto!



La dimensión atemporal se adueña de mí sintiéndome cautiva en lo etéreo. Sintiéndome latir en tu latido…

Así, suspendida en lo invisible, me rescata el aura de mis amores ausentes.

Exultante mi alma los retiene en gratitud…

Nada soy, Señor, Nada! Cómo explicar esta contradicción y realidad en el ahogo de mi alma..!



Ellos vienen a mí porque viven en tu Amor, en tu sabiduría y en la paz de tu mirada…

“El amor no muere, viaja”.

Así solía decir mi madre, hoy creo que es así.

¡No dejes, Señor, de ser en mí!



Y ahora el café--María Teresa Brugués


Bueno, ya pasó la cena, y como era de esperar, los hombres a jugar a las cartas.

Y las mujeres a practicar su deporte favorito.

Tomar café en el living, lejos de los gritos de sus maridos.

Para las habitué era común las preguntas indiscretas de Lidia, la dueña de casa, y las de Teresita, su amiga y confidente.

Lo que no era habitual, fue que alguien que no fuera una de ellas dos resultara tan indiscreta, preguntando sobre la fortuna que se veía en esa hermosa casa y el despliegue de viajes contados con tal mal gusto.

Hasta que pasó lo que tenía que pasar. Teresita interrumpió, preguntando.

-Julia, ya te contamos casi todo lo nuestro y no sabemos nada de tu vida, nada más que sos hermana de Claudia y que tenés dos hijas.

Bueno, en realidad, ya que preguntan voy a empezar por contar que estoy casada, y como ya dije, tengo dos hijas que mantener sola. Desde que mi marido cayó preso.

-Pero cómo, ¿por qué?

-Porque se juntó con dos mal paridos como él a vender drogas. Pero cayó él solo.

-¿Sólo? ¿Y qué pasó con los otros dos desgraciados?

-Nada, ahora mismo están en la cocina jugando a las cartas.

El regalo--Ray Bradbury(1920-2012)



Mañana sería Navidad, y aun mientras viajaban los tres hacia el campo de cohetes, el padre y la madre estaban preocupados. Ra el primer vuelo por el espacio del niño, su primer viaje en cohete, y deseaban que todo estuviese bien. Cuando en despacho de la aduana los obligaron a dejar el regalo que excedía el peso límite en no más que unos pocos kilos con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban la fiesta y el cariño.

El niño los esperaba en el cuarto terminal. Los padres fueron allá, murmurando luego de la discusión inútil con los oficiales interplanetarios.

-¿Qué haremos?

-Nada, nada. ¿Qué podemos hacer?

-¡Qué reglamentos absurdos!

-¡Y tanto que deseaba el árbol!

La sirena aulló y la ente se precipitó al cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar, Y el niño entre ellos, pálido y silencioso.

Y el cohete despegó y se lanzaron hacia arriba en el espacio oscuro. El cohete se movió y dejó atrás una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, subiendo a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses. Ni años, ni horas. Durmieron durante el resto del primer “día”. Cerca de medianoche, horas terráqueas, según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo:

-Quiero mirar por el ojo de buey.

Había un único ojo de buey, una “ventana” bastante amplia, de vidrio tremendamente grueso, en la cubierta superior.

-Todavía no-dijo el padre-. Te llevaré más tarde.

-Quiero ver dónde y adónde vamos.

-Quiero que esperes por un motivo-dijo el padre.

El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en el regalo abandonado, el problema de la fiesta, el árbol perdido y las velas blancas. Al fin, sentándose, hacía apenas cinco minutos, creyó haber encontrado un plan. Si lograba llevarlo a cabo este viaje sería en vedad feliz y maravilloso.

-Hijo-dijo-, dentro de media hora, exactamente, será Navidad.

-Oh-dijo la madre consternada. Había esperado que, de algún modo, el niño olvidaría.

El rostro del niño se encendió. Le temblaron los labios.

-Ya lo sé, lo sé ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron.

-Sí, sí, todo eso y mucho más-dijo el padre-

-Pero…-empezó a decir la madre.

-Sí-dijo el padre-. Sí, lo verás. Todo eso y más, mucho más. Perdón un momento. Vuelvo enseguida.

Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó sonreía.

-Ya es casi la hora

-¿Puedo tener tu reloj?-preguntó el niño.

Le dieron el reloj y el niño sostuvo el metal entre sus dedos: un resto del tiempo arrastrado por el fuego, el silencio y el movimiento insensible.

-¡Navidad!¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?

-A eso vamos- dijo el padre y tomó al niño por el hombro.

Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo, y subieron por una rampa. La madre los seguía.

-No entiendo.

-Ya entenderás- Hemos llegado- dijo el padre-

Se detuvieron frente a la puerta cerrada de una cabina. El padre llamó tras veces y luego en dos, en código. La puerta se abrió y la luz llegó desde la cabina y se oyó un murmullo de voces.

-Entra, hijo-dijo el padre.

-Esta oscuro.

-Te llevaré de la mano. Entra mamá.

Entraron en el cuarto y la puerta se cerró, y el cuarto estaba, en verdad muy oscuro. Y ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de un metro y medio de alto y dos metros de ancho, por la que podrían ver el espacio.

El niño se quedó sin aliento.

Detrás el padre y la madre se quedaron también sin aliento, y entonces en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.

-Feliz Navidad, hijo- dijo el padre.

Y las voces en el cuarto cantaban los viejos, familiares villancicos; y el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el vidrio frío del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, mirando simplemente el espacio, la noche profunda, y el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas…