lunes, 5 de mayo de 2008

CARTAS DE AMOR

Muy querido Enric :
¿Puedo aún llamarte así?
Hoy se cumplen diez años del inolvidable e insólito episodio, por el cual en un abrir y cerrar de ojos volví a Buenos Aires y tú te quedaste en Mendoza.
¡Cuánta crueldad gratuita!, en nombre del honor, la palabra dada y muchas otras cursilerías de aquella época.
Pero ahora, recién ahora, a diez largos años, acepto la imposición familiar; pero no me resigno al recordar mi cobardía de no luchar con uñas y dientes por nuestro amor. En fin, no hay nada más fuerte que lo que está hecho…
A seis meses de lo ya dicho, cumplí la palabra dada y me casé. La familia respiró aliviada. Y tú hiciste precisamente lo que todos esperaban, te compraste la más potente moto de esa época e imitando a ÍCARO volaste por esas hermosas montañas montando tu caballo alado. Cruzaste varias veces la senda sanmartiniana, hacia países hermanos con la montaña como telón de fondo…Y fue precisamente el mismo día en un absurdo accidente truncaba la vida de mi esposo, que al igual que la leyenda, tus alas se derritieron al sol y te desbarrancabas, rodando por la cordillera. Un día estuviste perdido, seis meses en un hospital y luego vendría el voluntario exilio en Villavicencio. Esto, todo esto, hace tres meses que lo he sabido. Hoy, en una fecha que paradójicamente nunca olvidaré, alejado de las brumas, juntando fuerzas, evitando lágrimas que pugnan por salir a raudales, te escribo…Y aquí estoy , sólo se me ocurre preguntarte: ¿cómo estás?
Quizá no me contestes, estaría justificado, pero yo esperaré…tengo, más tiempo que vida…¿Podrías hacer abstracción, y repetir la famosa frase “como decíamos ayer”…y contestar esta carta.
Por siempre : Maite


MARÍA TERESA BRUGUÉS

No hay comentarios: