sábado, 26 de septiembre de 2009

Descubrimiento de América --- Olga M. Levy.

El escritor mexicano Carlos Fuentes, premio Cervantes de Literatura, con motivo de la primera cumbre iberoamericana, realizada en Guadalajara, escribió en 1992:
“Nos acercamos a una fecha que podría dividirnos o unirnos. Los problemas de 1492 a 1992 son dos: uno es la hipercelebración; el otro, la hipercrítica. Ver el pasado como una hazaña civilizadora, o sólo como un prolongado crimen es un error. Podemos convertirnos en estatuas de sal. De los hechos- a menudo dolorosos del pasado- hemos nacido todos nosotros.
Somos lo que somos, porque juntos hicimos la cultura que nos une: india, europea y africana, y sobre todo mestiza, una cultura que predica la naturaleza y los problemas del mundo en el siglo XXI...”

Es interesante enterarse del significado del nombre de Cristóbal Colón, aunque sea simbólico.
Cristóforo significa el que lleva a Cristo; Colombo proviene de columbus- paloma-, el ave que echada a volar por Noé desde el arca, volvió con una rama en el pico, anunciando la aparición de una nueva tierra.
Cristóbal Colón no era un hombre de ciencia, pero era un genial marino. Como geógrafo y cartógrafo tenía la cultura adquirida en Génova, que luego fue acrecentada por la práctica y el estudio.
A comienzos de 1492, los reyes de España-llamados Reyes Católicos- lograron la unidad de España cuando terminaron la guerra contra los moros. En tales circunstancias- después de muchas peticiones y peripecias- apoyaron el proyecto de Colón. Fueron los banqueros genoveses y los empresarios florentinos- que vivían en España- quienes prestaron el dinero necesario para tan magna empresa.
Según el calendario juliano (vigente en aquel tiempo) Colón y su tripulación divisaron tierra en la noche del 11 al 12 de octubre de 1492. Distinguieron el resplandor de las hogueras que los nativos encendían para alejar a los insectos. Pero esas fechas corresponden al 20 y 21 de octubre del calendario gregoriano que rige actualmente.
Cristóbal Colón salió el 3 de agosto de 1492 del puerto de Palos (sur de España) provisto de tres carabelas: La Pinta, La Niña y La Santa María junto con 90 hombres. Siguió la ruta sudoeste- Colón y los dos hermanos Pinzón, en la Santa María. La travesía duró alrededor de dos meses, afortunadamente Juan Rodríguez Bermejí, un marinero de La Pinta vio tierra…
Colón desembarcó el 12 de octubre en la isla Guanahaní (nombre indígena) y le dio el nombre de San Salvador. (Estos datos están referidos al primero de los cuatro viajes de Colón)
Las carabelas no pertenecían a los Reyes de España. La Niña era propiedad de don Juan Niño, cabezaa de una importante familia de armadores y marinos. La Pinta era propiedad de Cristóbal Quintero, de poca experiencia náutica, pero de mucho dinero por su mujer, de la rica familia Pinto. Era la más veloz de las carabelas. La Santa María pertenecía a la familia Cosa, vecinos del puerto andaluz de Santa María, de ahí su nombre. Con respecto a la tripulación de la expedición, se creía que muchos integrantes eran delincuentes, pero en realidad en las tres naves figuraban hombres que eran capitalistas y dueños de los barcos. Algunos familiares, pilotos, médicos, cirujanos, un veedor de la corona, un escritor, el alguacil de la justicia, un sastre, un platero, un pintor, un converso que hablaba hebreo, árabe y caldeo, y cuatro penados. No viajó ningún soldado ni sacerdote.

Dicen las crónicas que un 12 de octubre de1492, los españoles llegaron al continente americano en tres carabelas comandadas por Cristóbal Colón.
En la actualidad, las organizaciones indigenistas aún discuten la validez de esta conmemoración, y la han transformado en un día de recordación y duelo. Para estos grupos la fecha simboliza el comienzo de la decadencia y dominación de los pueblos del continente. Rechazan las interpretaciones que, procedentes de los países conquistadores, hablan del “encuentro entre culturas” y valorizan las creaciones culturales resultantes de la puesta en contacto y de la interacción entre pueblos de diversas costumbres, hábitos y creencias.

Frente a estas posiciones, nutriéndonos de los elementos que preceden de la ciencia histórica, tratamos “el descubrimiento” en el marco de la expansión europea del siglo XV, analizando las causas y dos distintos actores intervinientes, los intereses en juego, los conflictos y los consensos.
Los europeos no se instalaron en un continente vacío, sino sobre territorios poblados por diversas sociedades, con distintas características y desarrollo cultural, y también diferentes grados de conflicto. La “dominación” provocó la desestructuración del mundo indígena, desde su economía hasta sus creencias y la organización familiar, sumiendo en la desesperanza y el atraso a las comunidades. Muchas de éstas, resistieron en las diversas partes del continente a las formas serviles o semiserviles a las que fueron sometidas por los conquistadores, y a la pervivencia- muchas veces mezcladas con elementos culturales del conquistador-de sus tradiciones, costumbres y creencias.

Esta fecha marca el comienzo de una dominación que no ha concluido, a pesar de que en América se constituyeron sistemas políticos autónomos. Aunque los países no perdieron su autonomía política, de todos modos organizaron sus economías dependientes de otras, o bien,”obligadas” a insertarse en un mundo globalizado.

Y así, actualmente, nos encontramos casi transitando `por los mismos caminos, dependiendo de otras situaciones a expensas de las decisiones de otros, perder territorios y riquezas, disminuyendo la calidad de la educación y la calidad de la vida de las poblaciones, y abandonando los valores.
La situación está así, por cuestiones políticas y económicas, y mientras no se modifique, deberíamos abocarnos a favorecer en todos los ámbitos no sólo el respeto por la diversidad cultural, sino también el amor por la tierra y su gente, la defensa del patrimonio de cada país y de sus instituciones, de la justicia, de la educación, el cuidado de la familia, revalorizando en cada nación todo aquello que hace a la América que todos deseamos: Libre, Independiente y Soberana.


Nota: El calendario de Julio César se llamó calendario juliano. Se creía que el año tenía 365 y ¼ días, por lo que se dividió el año en 12 meses y se asignó a la mitad de los meses 31 días y a la otra mitad 30, con excepción de febrero que en años ordinarios tendría 29. Mediciones más exactas concluyeron que el año tiene
365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Esto significaba que había un error de 11 minutos y 14 segundos en el calendario juliano. Debido a la acumulación de esos errores en 1582 ocurrió el equinoccio de primavera el día que el calendario señalaba el 11 de marzo, en vez del 21. En octubre de 1582 para corregir tal irregularidad el papa GregorioXIII (asesorado por astrónomos) anuló diez días del calendario y decretó que el siguiente al 4 de ese mes fuera el 15. Además se dispuso que se llamaran bisiestos a los años divisibles por 400. Este es el calendario gregoriano por el que se rigen hoy la mayoría de las naciones.

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