sábado, 26 de septiembre de 2009

Nélida Ojeda--Por decisión de la mosca

La reunión se prolongaba sin dar señales de finalizar.
La sonrisa del mozo iba desdibujándose. Los bostezos se repetían transpirando su mal disimulado cansancio.
Había quedado en el bar un grupo de cinco parroquianos que no se ponían de acuerdo para solucionar el conflicto laboral que los mantenía inactivos.
De codos sobre el mostrador parpadeaba somnoliento… de pronto reaccionó cuando su vista se detuvo en un extremo del mostrador: ¡las vio! ¡las vio!... y con un movimiento incontenible levantó la campana que cubrían los sándwiches. Tres moscas, ¡sólo tres moscas!... recuperaron la libertad y zumbaron sobre la cabeza y pocillos de café.
El “milagro” puso fin a la reunión.
El mozo cerró la puerta y se fue a dormir.

Avenida Díaz Vélez 4565-3º A-Ciudad autónoma de Buenos Aires.

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