lunes, 19 de abril de 2010

Secretos no revelados---Nélida Ojeda

La calle es un vaivén de múltiples figuras que avanzan y desaparecen y se cruzan con ritmo acelerado. Velocidades que calientan un asfalto envejecido. Papeles que atropellan al viento lo confunden con giros imprevistos que terminan al fin en una esquina. Luces imprecisas colgando entre los cables, que juegan a la mancha con la brisa que mueve proyectando sombras y arabescos multiformes. Luces que se encienden y apagan en cada esquina dando señales de alerta al distraído: es fuego, es verde y de pronto se torna amarillo.
La calle es el teatro de la vida, inmenso escenario del flujo y reflujo que da paso a la existencia. Tumulto, atropello, calzados que se mueven en dos piernas apuradas, un bastón que va cansino sosteniendo los años ya vividos.
La calle es la antesala de todas las viviendas, acopio de basura, testigo de gente que la arroja junto con la marca inconfundible de su ausencia de vergüenza; descarga maloliente de perros vagabundos o con dueños distraídos.
Llega la lluvia, y la calle llora lágrimas monolíticas, sin pañuelo, solitaria, silenciosa.
Vuelve el sol; bullicio, desconcierto, escenario donde actúan ideologías que se expresan, se enfrentan, represión, cortes que interrumpen el cruce de peatones y vehículos, uniformes escudados y el arma siempre lista.
La calles el teatro de la vida. Fiel testigo que escucha, que sabe y no habla, testimonia del crimen, de la muerte sin acceso al tribunal de la condena…
¡Hay… si hablara… qué explosión de verdades escondidas…!

Av. Díaz Vélez 4565
Ciudad autónoma de Buenos Aires.

No hay comentarios: