sábado, 17 de abril de 2010

Amor---Gittel Gruber

Pese a la gran violencia que existe en nuestro país, yo soy optimista. Insisto, cuando comencemos a ser solidarios con el prójimo y bajemos nuestros niveles de soberbia, de bronca, de rencor. Cuando empecemos a querernos más (más allá de las palabras) y a mirarnos con una sonrisa, iremos por fin por el buen camino. Un ejemplo simple: miremos a las enfermeras que atienden con abnegación a los enfermos. Los maestros que enseñan con amor a sus alumnos. A aquella parte de la sociedad que ayuda a los niños desamparados. Las señoras que donan sus horas libres en el hospital para ver a los niños más felices. Días atrás observé por la ventana como la paloma venía en busca una ramita, la llevaba en su pico, y así varias veces lo hizo preparando el nido de sus palomitas. La gallina clueca, impulsando para que nazcan los pollitos, o la vaca que amamanta a sus terneritos. Y qué decir del inmenso amor de los padres hacia sus hijos. Por suerte son más los buenos y mejores momentos que los malos.
No todo está perdido. El siguiente ejemplo lo demuestra. Mi tío me vino a buscar con la camioneta para visitar a mi tía por insistencia mía. Ella está internada en un geriátrico en Moreno, por el mal de Alzeimer. Apenas subí el tío comenzó a correr como un loco y yo le advertí por qué ese apuro “si la tía no te reconoce” y él me contestó “pero yo sí y cada vez que la visito la encuentro más linda y porque yo la amo”. Esa respuesta me shockeó. Tenía razón, el amor existe, por eso la esperanza es que sigamos para adelante queriéndonos siempre.

grubergittel@yahoo.com

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