viernes, 23 de septiembre de 2011

Dulzura--Gittel Gruber










Todas las mañanas salgo a caminar por consejo del médico; soy gordita y ya mi pancita abultada me pesa un poco. Debo mirar bien para no pisar los excrementos de los perros y de las veredas desparejas. Compraré alfajores que son mi debilidad. Loly y Uri ahora están durmiendo juntos y parecen dos angelitos. Cada uno debe tener un sueño feliz. Loly sueña bailando en el colón mientras sus abuelitos aplauden y hacen esfuerzos para no dormirse. En cambio Uri sueña con ser un gran cantante de rock. De pronto Uri comienza a estirar sus piernitas y molesta a Loly y ésta aprovecha y lo empuja a un costado. Esto ocasiona movimientos raros que yo advierto y me molesta. La cosa no termina ahí: Uri molesto por el empujón de su hermanita le tira del cabello. Loly le pisa un piecito. La pelea es entre ambos nadando cómodamente en la pileta de natación.

Cuando sienten las caricias de mamá en la pancita se tranquilizan y comienzan a besarse entre sí. Saboreando el alfajor que está comiendo en ese instante mamá les dice:” ¡No se peleen adentro! No quiero imaginar cuando ya estén afuera. Quiero que siempre se lleven bien y ahora van a comer algo muy rico, que tengo el antojo de bombones que les va a gustar mucho y se van a calmar. Por favor, dejan de patearme tanto, falta muy poquito para que nos conozcamos, hijitos queridos.”





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