viernes, 23 de septiembre de 2011

La belleza como objeto de consumo--Carlos Pensa





Cuando llegué al capítulo XIII de H.B. (1) pensé una obviedad: hoy vivimos mejor que en el siglo XIX ya que en aquella época el avance muy festejado del industrialismo y sus conveniencias materiales rechazaban las necesidades estéticas (2). En la actualidad la belleza luce prestigiada como objeto de consumo masivo, es oferta de placer visual e invitación a utilizar o imitar los atractivos modelos exhibidos que aparecen constantemente en publicaciones de variados niveles; son revistas dedicadas a las modas de las vestimentas y las de actualidades sociales mostrando a personajes afamados sin importar si cuentan con cualidades que los prestigie más allá de la imagen. También se muestran mansiones hermosas y funcionales diseñadas por profesionales que son artistas del buen vivir. El diseño industrial merece un capítulo específico para elogiar automóviles, camiones de transporte, enseres domésticos, teléfonos, computadoras y seguiría la lista La belleza da títulos a muchos espacios, es nombrada en letras gruesas y esas páginas atraen a los lectores. Sin desarrollos conceptuales, recordatorios eruditos o literatura pretensiosa, las seductoras publicaciones exponen objetos bonitos, vestuarios, muchas veces elegantes y cuerpos y rostros hermosos. Los editores podrán decir: si la mirada goza para qué distraerse con la complejidad de los conceptos? Creo positivo que gran cantidad de personas encuentren en esas lecturas la belleza privilegiada ya que a incontables seguidores de esas ediciones les aumentará el interés por este valor estético: luego cada uno a su gusto, elegirá, elogiará o desechará las propuestas divulgadas.

Antes de leer el contenido de la entrevista a Gwyneth Paltrow, titulada “La belleza duele”, son sus palabras (3), supuse a la actriz expresando un pensamiento profundo en vías de indagar sobre la fugacidad de esa envidiable virtud de ser bella, que a ella hoy la favorece; la imaginé mirando sus fotos actuales dentro de no muchas décadas: las fotografías, precisas y preciosas captan la hermosura en ese momento y, la belleza puede ser eso, un momento. Me atrevo a decirle: alégrate mujer bella que tu hermosura es más duradera que la de las flores. Después, leyendo la nota, la actriz explica la fatigante tarea que le “asegura verse tan radiante”: dietas con nutricionistas y dolorosos ejercicios guiados por entrenadores personales, pero “aún así le cuesta mantener la línea”. La estrella del cine me convenció: es más sencillo razonar sobre la belleza que atraparla para el propio cuerpo.

Un recurso exitoso lo poseen los fotógrafos para fijar la belleza en sus trabajos asegurándose vencer en el tiempo ese valor huidizo que produce admiración. Aldo Sessa, experto fotógrafo, siempre lleva su cámara pues él “acecha a la presa” (el tema o la imagen) y aconseja”…aprender a mirar pues todo tiene un momento”: es el momento de la belleza que fijará en la película de su equipo (4) Su vasta producción muestra logros bellos y duraderos. Otro afamado fotógrafo, Ernesto Monteavaro, marchó por la vida buscando esa oportunidad de conseguir imágenes de la hermosura. Al principio de su carrera fotográfica, como paisajista, buscó esa hermosura en la naturaleza pues encontraba “cosas lejos del asfalto que tienen belleza”. A propósito de sus fotos de los rostros y la reticencia de las persona a ese atrape comentó que “hay gente que tiene miedo de que la “la foto les robe el alma” (5). Por eso esperaba la ocasión y el descuido de sus fotografiados para liberar el objetivo. El tiempo y su talento lo tornaron el fotógrafo de los escritores. Conversando con él le pregunté si no era renunciar a la hermosura más segura de la naturaleza el acto de captar rostros de escritores, no siempre aplaudidos por bonitos y Monteavaro me contestó: “En esos rostros hay una gran belleza, la de sus espíritus.” Este análisis me enfrentó a la pregunta: la fotografía vence la fugacidad de la belleza?

- Diré: Sí, en principio, tal como ocurre con un cuadro o con una escultura.

- o No, si consideramos la soberanía de la subjetividad del observador, subjetividad variable ya que la determina el gusto individual, el momento o el estado de ánimo de ese juzgador. Hay gustos buenos o malos? Sugiero contestarse cada uno.

Volviendo a los escenarios cinematográficos, me parece positivo que afamados actores de ese arte, y por ende masivamente conocidos, sean estudiados y exhibidos como poseedores de rostros donde se posaron las medidas áureas, proporciones divinas o perfectas de la belleza. Cuenta la historia del tema, que el arquitecto Phidias – 480-430 a. C.- propuso esas reglas numéricas y racionales de proporciones de la hermosura superior: el número que confirma semejante virtud es el llamado Phi (fi) por aquel arquitecto. Ese número ideal de las proporciones se presenta en algunos rostros, cuerpos humanos, en la naturaleza – muchas veces – y en monumentos inolvidados tales como la pirámide de Keops, el Partenón y otros iconos de admiración mundial. Esta racionalización encontró esas proporciones perfectas en los rostros de Angelina Jolie, Tom Cruise, Antonio Banderas y Penélope Cruz entre otros posibles beneficiados por la belleza. Cabe recordar que aquellas reglas supuestas racionalmente “perfectas” fueron enfrentadas, cuestionadas y rechazas con los argumentos de la libertad en el arte, de la subjetividad y del gusto de cada uno.
Simultáneamente con el avance de este trabajo seguirán apareciendo en revistas de actualidades páginas dedicadas a la belleza (qué suerte!). En una de esas publicaciones, elogiando a Penélope Cruz cuentan que su imagen ha sido disputada por las marcas “tops” para sus promociones publicitarias y que “la actriz acaba de ser elegida por los cirujanos de Beverly Hills -U.S.A.- como la figura ideal” (6); opinión de los médicos que cortan, sacan y ponen lo necesario para embellecer a sus pacientes. Otra publicación exhibe en la primera página del suplemento `Espectáculos´ el hermoso rostro de una cantante lírica, “la mezzo galesa Catherine Jenkis, quien ya vendió más de 4 millones de discos.” Esta información aparece titulada “Belleza lírica” y la imagen de la noticia hace pensar que además de su voz elogiable la artista tiene una hermosura natural que no precisará de cirujanos para ser atractiva (7) Sin duda la erudición de quienes construyen estas informaciones es útil como vía para la difusión de nuestro tema. .

Se puede leer en H.B. (8) que los ricos y poderosos mostraban su situación afortunada vistiendo colores preciosos, brillantes y suntuosos para diferenciarse de los pobres que eran grises y sucios. Rescaté textual “La riqueza de los colores y el brillo de las piedras preciosas son signos de poder y, por tanto objeto de deseo y de maravilla”. Pensé que los colores alegran la vida y la alegría es una de las manifestaciones de la belleza. El deleite de los colores, estar contento y desbordar vitalidad exhibida con la intención de ser vistos deben ser los motores que dinamizan y activan a los famosos carnavales de Venecia, espacio para sueños que parecen reales y perfectos, pero duran tiempos breves: es la alegría de vestirse la belleza a puro gusto. Napoleón Bonaparte decretó en 1797 la abolición de esos carnavales seguramente con la intención de ser él, el único, que podría disfrazarse de emperador. Algunos de estos recordatorios nos harán pensar en lo feo, inevitable antagonista de la hermosura.

Por último anticipo que habrá un capítulo futuro sólo dedicado a obras, preferentemente breves, de poetas que honraron nuestro tema. Enfatizo el detalle de la belleza en poemas breves ya que su introducción en los versos amplía naturalmente el campo de la materia tratada magnificándola por todo lo que sugiere y emociona la hermosura.



Algunos ejemplos:

Haiku
No hay valor manco:
Verdad, Bien y Belleza
se dan la mano.
Carlos María Romero Sosa

Oscuro fuego
¿Quién necesita que yo escriba?
Sin embargo es hermoso
vivir por la belleza, aproximarse
al fuego oscuro en el que arde
la fiesta y el misterio de la vida.
Aunque a nadie le importe.
Brilla en la noche el verso
Bello y desamparado
como un cuerpo desnudo.
Antonio Requeni



http://www.carlospensa.com.ar/


(1) “Historia de la belleza” Libro a cargo de Humberto Eco. De bolsillo, editor, Barcelona 2004. Impreso en China
(2) Ídem anterior pág. 329. Aclaro que habiendo seguido gozoso y atrapado este libro no siempre mencioné la fuente por la gran cantidad de conceptos de la obra que me han influenciado.
(3) Revista Hola Argentina, buscador Web 03/12/10
(4) Revista del diario La Nación de Buenos Aires, 30-08-09
(5) Diario “El Tiempo” de Azul, Pcia. de Buenos Aires,12-02-89 en reportaje
colocado en la web por María González Rouco
(6) Revista LUZ Argentina, nº 318, Buenos Aires, 22-05-11, pág.38
(7) Diario La Nación de Buenos Aires, 02-06-11
(8) Idem (1) págs.99 y sigs.



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