Tal vez existió esa mañana,
las rosas fueron rosas.
Y partí el pan,
sobre tu mano.
Copla juguetona, la vida
habitó tus venas
y quedaron distantes
las colinas de sombra.
Porque el amor nos inventó esa mañana
la rosa sigue siendo rosa,
parto el pan
sobre tu mano
y juega la vida
su ronda.
De “La ciudad distante”
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