viernes, 2 de agosto de 2013

EL ENCUENTRO INEVITABLE--MARÍA TERESA BRUGUÉS



Eran amigos de siempre, por lazos familiares y de estudio.
Pero… lamentablemente, estos últimos años, la maldita política, los estaba separando.
Y hoy, era el cumpleaños de Susana, tenían que ir, no había excusa valedera.
No tenían deseos de encontrarse, en una reunión con antagonistas políticos. Y pensaron, hasta que surgió
una solución maravillosa Carlos, ese mismo día, tenía que presentarle unos trabajos a su jefe.
Mónica le dijo: el cumpleaños es de cinco a siete y van a servir un té,
Quiere decir, que si llegamos de siete y media a ocho, ya se abran ido casi todos.
Tú jefe, que es un pesado, nos entretuvo hasta las siete. Desde San Isidro a Belgrano hay un tirón. Con
buena voluntad llegamos a las ocho.
¡Fenómeno!, somos unos genios, quedamos bien, entregamos el regalo, tres besitos y nos vamos.
Carlos y Mónica, terminaron de arreglarse, subieron al coche y partieron rumbo a la casa de los Montoya.
Tocaron el timbre, miraron el reloj, ocho menos cuarto.
La cumpleañera dueña de casa, abrió la puerta. Besos y abrazos.
En una rápida mirada, Mónica noto que no había nadie, todo muy silencioso.
El comedor en penumbras ¡que inteligentes eran!
De pronto, el vozarrón de Alejandro, el dueño de casa dijo:
¿Pero muchachos que les paso? Iban a comenzar con la excusa programada, cuando el continuo “han
llegado tempranísimo, la cena es a las nueve”.

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