viernes, 2 de agosto de 2013

EL LIBRO--CARLOS ABRAHAM



Abrir un libro antiguo y gastado,
escrito con una tipografía
a veces clara, a veces ilegible.
Hojear sus páginas
tejidas con sueños que otros soñaron
y saber que lo único que podremos agregar
son unas pocas notas al margen
que quizá ni siquiera serán leídas.
Identificarse con un personaje
de los muchos que se nos presentan:
aventurero, sacerdote, peregrino,
mercader de Kashmir
o guerrero de los fiordos de Noruega,
poeta, músico, pintor, dama de la corte,
hombre activo o contemplativo,
profeta o leviatán.
Volver, cada tanto, a una de las primeras páginas,
a un episodio atesorado
que da fuerzas en el camino.
Sentir deseos, cada tanto,
de desgarrar sus páginas, de quemarlo,
de acabar con él para siempre.
Abrir sus capítulos repletos de dolor y de placer
cada mañana,
y cerrarlos cada noche.
Sólo este viejo puñado de sueños,
este libro del que jamás conoceremos el autor:
la vida.

No hay comentarios: