viernes, 9 de agosto de 2013

PENTAGONEANDO--CAYETANO FERRARI

1- Papá preparó pacientemente la utopía, y la dejó en la heladera para que solidificara. el niño goloso,
sin ser visto, se comió la utopía en minutos.
Todo se desvaneció instantáneamente, con un niño feliz dentro.
2- Sombra, si buscas un servidor fiel yo estoy a tus órdenes -Gracias, sufrido cadáver; yo, solo sombra,
ya decidí ir sola por entre ranuras y recovecos, que tú no comprenderías. Púdrete en paz.
3- Cualquiera sabe cuando una moneda cae de canto. Pero, ¿qué es sentarse “de canto”? Trataré de
explicarlo. Si en subte debo sentarme en un asiento contrario al sentido del movimiento del convoy, miro el
pasado, Cuando me siento en el mismo sentido del subte, miro el futuro. Estas dos opciones me parecían
siniestras e inevitables. Por eso intenté sentarme “de canto”. ¿Qué ocurriría?
Tras muchísimos intentos fallidos logré- por inmerecido azar-sentarme “decanto”, precisamente el subte. Es
una especie de cubismo viviente o repentino surrealismo. Ya no oía el chirrío de las vías, ni el traqueteo de
los vagones. Nada de voces alteradas, ni de órdenes contraídas, ni pitadas rabiosas, ni murmullos quejosos.
Lo veo todo “de canto”, oigo también de “canto”: pura ternura. El ver “de canto”, para un maniático como yo,
es visión mágica. Es como ver un átomo tal cual un sistema solar. Y sabía qué pensaba y deseabadistintamente-
cada uno de los pasajeros. En la mirada de éstos leía la pregunta:”¿Cómo pudiste sentarte de
ese modo? Inadmisible.”
Fueron segundos eternos. Luego, un giro, y ya no pude mantenerme “de canto”. Caí como un armatoste
sobre las circunstancias: el piso y el reló.
Bajé en la estación de rutina. Ya ninguno se asombraba de que yo caminara como todos.
Pero tuve unos segundos el sueño de la vida, dentro de un subterráneo, sentado “de canto”.
4- “Ninguno de nosotros vive para sí, ni tampoco muere para sí”- san Pablo a los Romanos”. Esta
fatalidad de estar vivo me llevó a las más audaces experiencias. Las inteligencias en verdad brillantes
sonreían condescendientes: “Lo suyo es inviable, puro sueño, imaginerías.” ¿Imaginerías? Elegí ser el
personaje de una película. Intenté el intercambio. El personaje volverse real y yo meterme en la película.
Desde la pantalla de un ordenador gigantesco, diseñado por mí, desde el laboratorio descargo el personaje el
personaje elegido mientras yo dormía. Estábamos interconectados la película, el personaje y yo mediante
electrodos de acero y sílice compactada. Por su parte el ordenador emitía una corriente catódica
desestructurante de millones de megavatios. Se trataba de una suerte de humanelectrólisis entre el
personaje del filme y yo. Lo más crucial resulta mi introducción en dos dimensiones (más tiempo medido) y
el surgimiento del personaje en cuatro dimensiones (más tiempo indeterminado). Aquí omito precisiones
crueles por cierto para el lector. Insoportable cuando me vi aplastado: dos dimensiones (más tiempo
medido).
De común acuerdo el personaje tetradimensional quiso probar ilusiones el la llamada “vida”. Yo, por
mi parte, bidimensional (más tiempo medido) quise representar siempre el mismo papel en la película.
Intercambié conscientemente mi libertad para evadirme de la contingencia. (Aunque dependiera de un
tercer hombre: el ignoto espectador. El libre albedrío del personaje tetradimensional ya escapaba de mi
actuación.)
5-Siempre creí hablar con Dios e imaginé ver el Cielo. Pero jamás oí palabra alguna y siempre me
cubrieron espesas nubes. Soy el extraño ideal que espera ser recibido por el Gran Ausente, que nunca
vendrá.
Llego hasta el límite. Seco, desilusionado. Miro hacia el vacío. Cuanto me rodea es silencio. ¿Qué habrá
detrás del fulgor de las estrellas? “Todas las dimensiones están esperándote para los paseos de otros
sueños”-acarició mi alma. (Inspirado en la poesía de E. Dickinson)

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