viernes, 11 de mayo de 2012
EL SILENCIO---CARMEN HEBE TANCO
Cuando desperté, ya estaba distendido.
Había aquietado las cortinas frontales
y coordinaba, desde apocados candiles.
Noté con estupor el macizo laconismo.
Le insinué que era pausa innecesaria,
pero fue hablar como hablar con las paredes.
Coartó el tintineo en las vitrinas
de bisagras, desaferró al crujido.
Se aclimató favoreciendo desánimo.
Hizo causa común con el invierno.
Permitió que la nieve se sitiara.
¿Qué podría hacer yo, dicción ajena
ante la atonía del paro reservado?
Cierto lunes desenfundando
coraje lo expulsé severa. Abrí la puerta,
remoloneó atenazando las baldosas.
De ahí, camino sin paso, levitando.
¿Cómo explicar lo inexplicable?
Desequilibraré cuando cambie
por eso precavida, lo bendigo.
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