viernes, 11 de mayo de 2012

LA FELICIDAD---GITTEL GRUBER




Ana y Pablo se conocieron en la escuela secundaria. Desde el primer momento con sus miradas supieron que eran el uno para el otro. Mientas crecían desbordaba el amor entre ellos. Con el permiso de ambas familias comenzó el noviazgo. Y, luego, con su consentimiento culmino en matrimonio.

La pareja, desde el primer momento, supo que debían regar diariamente su amor. Se esforzaban para mantenerse dulcemente enamorados. Así se formó la familia.

Con el advenimiento de sus tres hijos varones se encontraban satisfechos y felices. No hubo nada ni nadie que les impedía vivir ese amor plenamente

Con el correr de los años se sumaron tres nueras que los colmaron de felicidad. Luego la llegada de los nietos embargaba de alegría al núcleo familiar. Con los hijos la relación era maravillosa, respetuosa, perfecta.

Siguieron los tres hijos la carrera que les sugirieron sus padres. Obedecían contentos. Las nueras aceptaban con admiración lo que sus suegras disponían para ellos.

Allí se respiraba paz, tranquilidad y armonía. Siempre fueron muy felices. Se podría decir que la luna de miel de Ana y Pablo duró desde la noche de bodas hasta el último de sus días.

A no dudarlo, ¿se dan cuenta de que esto sí es un verdadero cuento?



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