viernes, 5 de octubre de 2012

PENTAGONEANDO--CAYETANO FERRARI





1-Porque la envidiaban, habían decidido guillotinarla. Al verdugo le resultaba insoportable mirarla a los ojos: se acercó para pedirle perdón:

-¿Perdonarte?...llora por ti, estás a punto de morir.

-¡Yo?-levantó la mirada-.

Cayó a sus pies. Aterrorizado, los jueces dejaron en libertad a Belleza.


2-Tomara el colectivo que tomare llegaba tarde a la empresa donde trabajo. La variante de levantarme de madrugada también fracasó. Llegue a dormirme mientras caminaba y cruzaba los semáforos de cualquier color. Compré una bicicleta y le adosé motorcito de 1/8 HP, a nafta. Pareció buena la idea; pero la mecánica no es mi afán y la motocicleta motorizada permanecía frecuentes períodos en el taller mecánico por desperfectos. Unos extraeros quisieron solucionarme el problema mediante la venta de una avioneta a pistón, en cuotas fijas sin intereses. El modela, se gún sus promotores, estaba basado en dibujos de Leonardo da Vinci. Me entusiasmé; pero temí estrellarme y derribar en Congreso Nacional o la Casa Rosada y dejarle semejante embrollo terrorista a la familia. La solución poco ortodoxa, apenas disgustó a los míos: A tres cuadras de la empresa donde trabajo en planificaciones reservadas hay unos baldíos. Allí me instalé precariamente. De noche duermo en mi carapa entre cobijas impermeables que traje de casa.

Vienen otros “homeless”, buena gente, amigable. La paso muy bien. Siempre hay algo para comer, y temas de conversación. Y los fines de semana voy a casa a higienizarme y traigo ropas limpias y provisiones. Huelga decir que mis ocasionales amigos de la noche no creen ni jota cuando les digo que soy planificador reservado o les cuento mis peripecias (me creen una víctima del consumismo y de la ambición). Alguien, a estas alturas, se preguntará por qué no opté por lo más sensato: Adquirir un automóvil. Esa es otra historia. Pero debe saberse que el automóvil es para uso reservado de mi mujer y de mis hijos.


3- Antes, mucho antes de nuestros tiempos, el Demiurgo creaba de la nada seres inteligentes y estructuras porosas; pero les impedía el crecimiento. De tal modo que todo lo creado podía caber dentro de un cenicero, semejante a un montoncito de cenizas. Más aún, llegó a comprimirlas a las dimensiones de una cabecita de alfiler. Aquellas creaciones acumulaban una potencia explosiva incalculable. Y hubo un tiempo en que esa energía acumulada estalló instantánea sin que el Demiurgo pudiera detenerla. Aquello se conoció como Big-Bang, hace 15.000.000.000 de años. Observó mundos adultos poblados por especies inteligentes; soles gigantescos de colores ilimitados y vientos y mares altaneros. Comprendió que nada debía hacer contra esa visión inesperada. Entonces, el Demiurgo maquinó multiplicarse hasta el infinito y materializarse hasta lo invisible y más allá. Entre los poros de la materia, girando, girando en órbitas indefinidas, bajo el nombre de la partícula de Dios, prepara el Anti Big-Bang: La unidad de los opuestos, la ceguera del deslumbramiento.


4- Venía de infinitudes y silencios. Qué podría contener esa insignificante casucha enclavada allí, en el vasto horizonte. Abro la puerta y la luz irisada se mete a los alaridos. Desde un ángulo radiante el arpa vibró sus melodías. El gorrión bate alas y gorjea como los ruiseñores. Las malezas son lirios y mi alama oye la voz que vivifica: “Levántate y anda”. Y ante la inmensidad que nutre mi pensamiento, el andar sobre enigmas seduce, seduce caminar en esta tierra. (Es la voz del poeta que no cesa de cantar.)


5-Había una vez, en un mundo, un hombre que temía morirse en todo lugar; también hubo un hombre sin mundo que no encontraba lugar dónde morirse.


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