viernes, 21 de diciembre de 2012

MI QUERIDA ADA--RODRIGO MADRID



Tu amor inconmensurable,

manto divino que nos cobijaba

a tu esposo e hijas

y a tu hijo, mi amigo.



También a tus nietos

que los vi crecer

con amor

albergados en tu corazón.



Hospitalidad y candor

iban con vos.

Un día te cansaste de luchar

qué difícil de interpretar.



Un río de lágrimas comenzó a brotar

para llevar tu barca por el mar.

Camino celestial

a donde todos iremos a parar

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