Tuve un tiempo:
el que me diste.
Iba por él
tomada entre tus brazos,
enredándome en tu corazón
y en tu sonrisa.
Estoy en ese tiempo
detenida.
Muerta en la sangre
y en la voz,
me aguardo en tu comarca.
Sé que un día
caerán los muros
de mi prisión.
( De “ La ciudad distante”)
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