sábado, 19 de abril de 2014

PABLO POST--JUANCITO Y ...

Aquel año, en varios pueblos cercanos, los docentes decidieron no iniciar las clases.
“Basta y basta” “Estamos cansados de promesas incumplidas.” “Este año las clases no comenzarán:
Que vayan a darlas los secretarios o los inspectores.” “Se terminó.” Y así fue nomás.
A mediados de marzo las clases no comenzaron en aquellos pueblos. Los docentes mancomunados
en reclamos justos o discutibles promovían mitines para explicar lo inexplicable. Ese año no hubo himno
nacional, ni marcha de San Lorenzo.
Pero Juancito, un alumno de quinto, igual preparó sus útiles de clase y el guardapolvo blanco. No fue
al colegio, sino que pasó toda la mañana y parte de la tarde de visitas en casa de sus amigos: Lucas, Beto, el
Pelado, el Negro, Juancito dos...
La madre preguntó; pero ni las prohibiciones de papá pudieron aflojarle la lengua a Juancito. Repitió
las visitas a sus compañeros mañana tras mañana; mientras los docentes repetían las clases explicativas del
paro en las plazas principales de los pueblos.
Después de casi diez días de paro docente, una mañana, batallones de guardapolvos blancos
decidieron ir a clase y ocupar las aulas oscuras. Los alumnos de los pueblos abrieron los ventanales: Y Febo
entró marchando. Y todo fue luz de esperanza.
Los docentes avergonzados levantaron el paro. ¡Las clases comenzaron!
Nadie recuerda a Juancito ni a sus compañeros para quienes la educación y el saber no tienen paros
que valgan, ni héroes de televisión.

No hay comentarios: