sábado, 26 de abril de 2014

STELA VICTORIA TEJERINA--SÚPLICA

Una celeste calma, se difunde por
toda la persona mientras que con
Dios dialoga, y el cuerpo en las
rodillas abandona.
Dice: Señor sin sosiego mi poca fe su
último ruego ensayó, y el espíritu fue
subiendo a Ti por grados, como una fuente
de deseos y súplicas.
Me abrazaban ansiedades extrañas, los
fantasmas del odio y la perfidia.
La codicia ruin que seca el alma,
el espectro amarillo de la envidia.
Y te encontré Señor, y el alma
a pesar de las duras espinas del camino
descubrió el amor, La piedad y la ternura.
Te suplico Señor, no me abandones ahora que se
abrió la crisálida, de los sentimientos buenos, y
mi alma es paloma sin hiel ni malicia, porque a
pesar de mi imperfecta idolatría, por el camino
del amor, la piedad y la ternura...
Te sigo.

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