sábado, 18 de agosto de 2012

HARAPOS DE ABANDONO-- MARY ACOSTA


Petrificado en el exilio de la noche,

el gnomo de membranas hambrientas

y heridas coaguladas por el látigo del sol,

suplica silencioso y a la intemperie por su huérfana inocencia.



Golpeado sobre la lozana piel naciente

desgarra sus sueños sobre el fango.



Querubín a la espera del retorno, desnuca a la justicia

tras el peso de una lágrima,

gestada desde las entrañas de su orfandad.



Vestido con harapos de abandono,

busca encontrar la esquina de su infancia,

atravesando angustias con sabor a prepotencia

que anule cicatrices, marchite lo imposible y destiña ausencias.



Metamorfosis de verbos, vigilan el “pienso” carcomido,

fantasma encadenado al sordo murmullo de los días,

que dañan crucifijos pintados de esperanza

entre las tenazas abiertas y dolosas de un germinado desafío.



Con resignados pasos,

cruza la frontera del destino al ritmo de los ciclos de la luna.



Atento a sus treguas sin color, rescata las siglas de los sueños

que suspendidas quedaron en el buzón del tiempo.

En búsqueda de Dios,

un par de sonrosadas mejillas sombrea la vida,

en reclamo justo por el dorso edénico de su inocencia.











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