Es la voz.
Desciende desde el otoño,
meciéndose entre los álamos,
mientras digo el amor y el verso,
la naciente vida
y la sangre perdurable.
En el aire y en la piel
la reconozco,
mensajera del tiempo
y del olvido.
Mi recuerdo la aprisiona.
se duerme sobre mi fatiga.
(De “La ciudad distante”)
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