viernes, 10 de agosto de 2012

La belleza ampliando los contenidos en el poema breve (2)-- Carlos Pensa



Como ya quedó dicho en la publicación inicial de esta nota (ver POLÍGONO DE CUENTISTAS Y POETAS Nº 54 de mayo 2012 ó www.poligonovirtual.blogspot.com) me guía la intención de presentar poemas breves en los que la sola mención de la belleza estimula la imaginación del lector y los lugares, personas o circunstancias desarrollados ganan dimensiones e intensidad en el gozador de los versos.

Sigamos con el tema

AMOR
Vicente Aleixandre (1898-1984)
EL SUEÑO



Hay momentos de soledad

en que el corazón reconoce, atónito, que no ama.

Acabamos de incorporarnos, cansados: el día oscuro.

Alguien duerme, inocente, todavía sobre ese lecho.

Pero quizá nosotros dormimos… Ah, no: nos movemos

Y estamos tristes, callados. La lluvia, allí insiste.

Mañana de bruma lenta, impiadosa. ¡Cuán solos!

Miramos por los cristales. Las ropas, caídas,

el aire, pesado, el agua, sonando. Y el cuarto,

helado en ese duro invierno que, fuera, es distinto.



Así te quedas callado, tu rostro en tu mano.

Tu codo sobre la mesa. La silla, en silencio.

Y sólo suena el pausado respiro de alguien,

de aquella que allí, serena, bellísima, duerme

y sueña que no la quieres, y tú eres su sueño…
Del libro “Poemas amorosos” de Editorial Losada, Buenos Aires 1977
Todo es quietud en este momento de soledad cuando “el corazón reconoce, atónito, que no ama.” Callado y pensativo él observa el dormir sereno de ella, la “bellísima” a quien antes amara. No nos detalla sus favorables características femeninas y sin embargo la veremos hermosa sin hacer el menor cuestionamiento: sólo leemos el verso y estamos convencidos.
El autor, que en 1925, dejó todos sus estudios ya universitarios dedicándose a las letras, nació en Sevilla y murió en Madrid, habiendo recibido el premio Nobel de Literatura en 1977.

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