viernes, 10 de mayo de 2013

LAS VUELTAS DE LA VIDA-GITTEL GRUBER




 En esta época en que encontramos innumerables adelantos tecnológicos, nos sentimos superiores y a la vez estresados, desubicados, nerviosos, malhumorados. Necesitamos percibir que tenemos un poder inalcanzable y queremos llegar a lo máximo en la vida. Si uno comienza a razonar y recapacita se da cuenta que no vale la pena tanto esfuerzo.
Correr y correr cuando son esas pequeñas cosas las que nos reaniman de otra manera. Les contaré una anécdota. Una historia en la que participé. Yo vivía con mi familia en una casa del barrio de Devoto. En eso momentos no había departamentos edificados. Todas eran casas; al lado nuestro vivía una familia que tenía hijos adolescentes. Generalmente a la tarde salía un muchacho joven, se sentaba en el umbral y comenzaba a cantar. Todos los chicos del barrio nos sentábamos en la vereda para escucharlo. Cantaba muy bien; después de cantar relataba películas, mientras nosotros lo escuchábamos con mucha atención. Así todas las tardes. Nos gustaba mucho, nos hacía soñar, nos hacía preguntas y le contestábamos contentos. Era como un maestro para todos. Y así pasaban los días, hasta que un día no tuvimos que mudar al centro.
 Al principio lo extrañaba; luego, mientras iba creciendo, de tanto en tanto me acordaba de él.
Pasaron años y hoy de casualidad tuve que hacer trámites y pasé por mi antigua casa: Estaba más vieja. Atardecía y encontré al mismo muchacho ya hecho un hombre mayor. Seguía contando las historias que, según él, le toco vivir. Había reunido muchos chicos, me quedé un rato escuchándolo. Me di cuenta de que manera suave hablaba. Sonreía y daban ganas de seguir escuchándolo. Inspiraba ternura y amor.
Cuando me retiré de ahí comprendí que no todo está perdido

No hay comentarios: