viernes, 17 de mayo de 2013

RUEGO-MARTHA DESPERBASQUES





Qué fue del infinito limitado
por donde el hombre, ciego, se empecina
en ir a tiendas si la fe declina
sin la ilusión de ser recuperado

Y qué será de mí si en su costado,
después de vendimiar la gran colina,
en súplica no viere que se inclina,
por asistirme el Cristo desclavo.

Late el desgano su figura yerta;
mi sombra flébil se consagra al vuelo
y tibia fuga hacia la costa abierta.

En desnudez crucial, airoso duelo,
por el divino resplandor cubierta,
ruego que Dios me juzgue cara al cielo!


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